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14 may 2020

El señor de las puertas estelares (Narración )

"La ciencia no  nos ha enseñado aún si la locura
es o no lo más sublime de la inteligencia"
(E. Allan Poe)

  *La primera vez que lo ví, estaba sentado en un banco de un parque ojeando un libro sobre "Circulos Estelares".Yo paseaba a mi perra y fue gracias a ella que se subió al banco (es aficionada a subirse a los bancos) que tuve mi primer contacto con ese extraño. Así es como lo conocí. Se quedaron ambos mirándose uno al otro, él la acarició, y ella se dejó acariciar. Parecía que se conocieran de toda la vida. Como soy aficionado a la lectura, siempre tengo curiosidad en lo que lee la gente. Entablé la conversacion sobre su libro. -Parece interesante y curioso -dije- no es muy habitual encontrarse con personas que esten interesados en temas estelares.
   El interrumpió el jugueteo con mi perra y me miró. Su mirada no era normal, y por un momento pensé que podía encontrarme con una persona un poco peculiar. Además, estaba sólo, sentado con ese libro específico, y en un horario que era el más habitual para el paseo de perros, que para la lectura; pues se acercaba el anochecer. En cierto modo, me sentí muy vulgar.
    El hombre me sorprendió en la forma que me respondió, como si estuviera leyendo mis pensamientos, diciendo que: todo aquel que trabaja en lo que le gusta, no se podía considerar como un trabajo, y no importaba las horas o el esfuerzo que se empleara en ello, porque se suponía que te gustaba y por consiguiente era un placer.
-¡Si,si! -dije yo- pero hay que andarse con cuidado para no hacerte esclavo ni adicto del trabajo, que en la vida hay más cosas, como el pasear un perro o relacionarse más con la familia. Seguidamente y como la conversación parecía que prometía, le pregunté, que si lo que leía mencionaba a posibles contactos extraterrestres.
Viendo mi interés, me comentó que estaba buscando vidas paralelas a las nuestras.

 ¡Caray! -dije asombrado-.
- Pero que tenía que encontrar puertas estelares para contactar -me contestó-.
-Siempre me ha interesado el tema -le dije-, añadiendo que era un aficionado a "Star Trek" de siempre y desde la niñez, y que tenía un amigo treky,- para seguir la conversacion-.
Me dijo que: -hay algunas personas que aunque tengan apariencias humanas, no pertenecen a este mundo, pero que están con nosotros-.
-¿Y eso? -pregunté yo.
-Para velar por el buen progreso de este planeta, vigilarnos y cuidarnos de no ir a peor.
-¿Y que forma tienen?
-Igual que la nuestra, con la única diferencia que, se les nota que son <especiales>. Especiales en sus comportamientos y normas.
-¿Normas?  ¿Qué normas? -pregunté para seguir su corriente.
-En ninguna en especial. Son seres con un don excepcional. Estan en organismos y en lugares claves, e incluso a veces viajan en transporte publico. N
os ayudan con sus profesiones, como pueden ser las de: médicos, maestros, mecánicos, científicos, etc.. Aunque no lo tienen muy fácil, porque nuestra condición humana para bien y para mal sigue siendo la misma.
-¿Y como se les reconoce?
-Por eso, porque son <seres especiales>, y porque se les ve solucionando problemas con mucha facilidad. Se les nota muy fácilmente cuando has conectado con su mundo. Además cuando saben que tú les has reconocido; cuando eso sucede, no se asustan ni te asustan porque confían en ti, y tu en ellos.Telepaticamente te tranquilizan lo justo.
-Tiene estas conversaciones con toda la gente que se encuentra y se asienta a su lado?
-No- me dijo- solo la he tenido contigo.
-¿Y eso?
-Porque creo que ellos te envian ayuda cuando lo creen necesario, incluso para mantener una conversación como la de ahora.Y además necesito a alguien que me acompañe.
-¿Que le acompañe? ¿A donde?
-Al otro lado -me contestó rápidamente.
Mi perra se inquietaba, sabía que era su hora de paseo. Empezaba a ladrar, así que tuve que proseguir con el paseo a pesar que me gustaba la conversacion, y me despedí de él, confiando en una próximo encuentro.
   La siguiente vez que lo vi, solo habían pasado unos días. Estaba escribiendo en un cuadernillo formulas y números con una letra milimétrica y con un rotulador negro muy fino.Todo comprimido. Hacia falta una buena lente o una lupa para ver sus anotaciones y averiguar su significado. Esas hojas se cumplimentaban a base de recetas algebraicas y dibujos geométricos. Todos esos signos llenaban aquellas páginas, que mas bien iba formando ya un libro.
-Las matemáticas me dan mucho respeto -dije- y además me producen miedo.
-Me ha costado muchos años salir adelante con ellas- me respondió.
-¿Por su trabajo?- le pregunté-
-¡No! para encontrar las puertas estelares.
-¿Estan muy lejos?  -pregunté una vez más- y, ¿son como en las películas, grandes y circulares?
-No tienen que estar necesariamente muy lejos, pueden estar aquí mismo, incluso al lado de tu casa. En las películas y en los libros, no nos dicen toda la verdad. Solo son puertas para traspasar, simplemente eso, sin más importancia. Pero han de tener su peculiaridad; su conexion. Y no sabría explicarte muy bien el porqué hay que ayudarse de las matemáticas.
   Era un tipo delgado, y se estaba sumergiendo en sus números y formulas con la que a veces se ayudaba con una pequeña calculadora, con un cigarrillo al limite a punto de quemarle los dedos
-Estas puertas -prosiguió- no tienen forma especial alguna. Pueden tener cualquier forma e incluso las hay en los cementerios, y en los campos abiertos entre matorrales.
Entre breves silencios se sumergía cada vez más en sus enigmáticas aritméticas, y llegó el momento que yo para él no existía; así que me marché con alguna escusa.
   Algunos sabados, caminando hacía el mercado le veía de lejos. Me tenía intrigado y yo le controlaba en la distancia, y hacía como que no lo veía. Pero tan pronto giraba un momento la vista, desaparecía sin dejar rastro.
  Otras, tambien paseando con mi perra, le vi alguna vez que otra, que entraba en unos portales de comunidades de vecinos y que al momento salía. Eso de los portales para él, era como una obsesión. Parecía que esa búsqueda, era el sentido de su vida. No supe su nombre ni en realidad en dónde vivía. 

   Posteriormente mantuve algunas otras conversaciones breves con él, donde daba la sensación en sus comentarios que bordeaban lo incomprensible, como si ya no tuviera una correcta relación con la realidad. Quizás le importaba muy poco, o nada. A parte de esto; muy poco se dejaba de conocer en otras características de su vida; de igual manera que no mostraba un interés por la mia. En nuestras conversaciones siempre estaban presentes las dichosas e importantes puertas estelares.
   La última vez que lo perseguí, se introdujo en un callejón. Cuando me acerqué, era un callejón viejo y sin salida. Esperé largo tiempo escondido a que saliera, pero no vi que surgiera de allí. Yo no tuve el valor de penetrar en ese callejón por miedo a desaparecer y que nadie supiera de mí.
   Creo que en todas las ciudades hay personas solitarias, locas o perdidas con una obsesión dentro de su cabeza.
   Ahora hace bastantes meses que no lo veo. No creo que tuviera muchas amistades, siempre le vi sólo, y sin tener relaciones con nadie. La única compañia que tenía, era su inseparable libreta que a veces le sobresalía del bolsillo de su chaqueta. Ni creo que tenga familia que le eche de menos. Creo que ha cruzado ese umbral, en uno de esos portales. Seguro que fue en aquél callejón. Me queda todavía muchas preguntas; y me encuentro que aunque no sé de matemáticas ni de algebra, ni de dibujo; estoy buscando esas puertas y buscándole a él. Aunque sea en mi imaginación.Y estoy en esa cuestión, si ha sido una realidad o un sueño.Y entro en la duda de cruzar cualquier portal, porque no sé si erróneamente cruzaré a cierta hora o a cierto dia ese umbral invisible.


                                                       *****

 Rfa: Dom 28/03/2010.