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9 feb 2021

La Visita de la Ilusión (Cuento -narración)

  "Uno no se enamora de lo que ve,
 sino de lo que es capaz de sentir. (Séneca)

 



"Había perdido la noción de los años y del tiempo que yo llevaba siguiendo una ilusión. La otra noche mientras dormía, esta ilusión me visitó. Yo no sabía quién era tras su aparición, pero rápidamente tuve una fuerte sensación interior que me hizo confiar que era ella. Momentáneamente se tomó la molestia de aparecer físicamente, en la forma de una bella mujer de largos cabellos rojizos, levitando y envuelta en una especie de nube blanca.

   Yo le pregunté donde había estado y como andaba, pues hacía unos días que no sabía nada de ella, y que yo me encontraba como en una situación de vacío.

-Estuve ocupada -me dijo-

- Es que llevaba días sin saber de tí -le dije-, y me encontraba desolado.

 - ¡Veras! - me dijo-. No eres la única persona con la que tengo que estar. Yo también necesito deambular, conocer a otras personas y compartir.

- Me parece muy bien -le dije--, pero casi pensé que me abandonastes, porque no me dirigistes una pequeña palabra en unos días.

- Creo que es el momento de que te olvides de mí -continuó diciendo-, yo no soy dueña de mi tiempo y no puedo atender a los que requieren de mí con tanta pasión e insistencia, y yo necesito una variedad. Igual como tú, yo también preciso y busco sueños de otros para mantenerme. Estoy un poco agotada de tí, me sigues en la noche, en el día y en la mayoría de mis actos, y no me dejas realizarme ni ser muy libre.

-Creía que no te molestaba y que te gustaba que te siguiera. El saber a donde te diriges y poderte acompañar - le dije-. Yo te necesito para poder continuar. Necesito tu  tus palabras y ahora necesitaré quizás tu imagen.

-Otras personas también necesitan de ello y yo de ellas -me repitió-. No puedo quedarme en el mismo lugar y con la misma persona. La vida aunque parezca larga en las personas, es breve en su existencia.

- Buscarás y encontrarás a otras personas que quizás te llenen y te mantengan ocupado y quizás distraída, y no se sabe si te seguirán y te amaran tanto tiempo como yo. Sabes muy bien que no eres muy perfecta ni muy bella. Tampoco eres muy esencial para según qué personas y que también eres efímera como el humo. Solo ciertos idealistas somos capaces de mantener una continúa relación, sean agradables o no a momentos - le dije-.

- Te recomiendo para tu bien que me olvides, no se sabe si por un cierto tiempo o para siempre. Ya me volvería a poner en contacto contigo- me respondió-. Además te vas haciendo ya mayor y tu cuerpo empieza a ser lento y tu mente se vuelve olvidadiza. Es mejor que empieces a abandonar ciertos enseres y utopías de tu vida, ya no te serviran de mucha cosa y nadie las necesitará después de tí. Ahora tienes que aprender a vivir sin ciertas cosas.

   La conversación parecía tan real que se me hacía muy tensa y desagradable. Se empezaba a apoderarse de mí una inquietud que se me hacía insoportable.

- No seas cruel conmigo -le seguí diciendo-, creo que fui correcto y fiel contigo. No es necesario que tomes esa fatal decisión. Puedes seguir tu voluntad sin que yo moleste. Yo solo necesito unas palabras al día para seguirte; nada más. 

-Creo que te expliqué bien mis motivos y mis necesidades -me dijo-. Tengo la fatalidad de dejarte. Gracias por todo.

   Noté que mientras me decía estas últimas palabras, el ser fantasmal se alejaba en una ligera estela hacia un infinito, dejándome en una inmensa soledad. Me sentí perdido y desorientado. Una ira empezó a nacer de mí, y un odio me surgía a la vez que lo lamentaba.

   Maldije varias veces esa relación y ese vínculo tan cercano que mantuve tanto tiempo con amor y pasión. A lo lejos oí aquella voz que me decía ¡adiós a tu ilusión...!. Así era su nombre. Quizá sea la única vez que una ilusión abandona a una persona y no viceversa. Parece comprobado que las ilusiones con el tiempo desaparecen.

(Imagen: Wilhelm Freddie)

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