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25 jun 2020

LA NARANJA MECÁNICA -Comentario del film-

"El ser humano se halla a medio camino entre los dioses y las bestias" (Plotino -Filósofo griego)
"Todo hombre está empeñado en una batalla constante y sin cuartel con el resto de la humanidad" (D.F. Skinner)


Clockwork Orange

   El protagonista del libro y de la película es un joven sociópata y matón llamado Alex Delarge (se le puso este nombre por consonancia internacional). Tambien el nombre es una abreviación humorística de Alejandro Magno, que se abría paso con la espada para conquistar el mundo, pero que acaba siendo transformado en el conquistado. Tiene su propia ley llamada "Lex", y posee su propio léxico, juego de palabras ocultas. Al principio de la película y el libro, Alex es un ser dotado de características o atributos esenciales de un hombre, ama la belleza que la encuentra principalmente en la música de Beethoven, y disfruta de un lenguaje que nada tiene que ver con la agresividad que lleva. Los compañeros de su banda, por supuesto, son menos humanos que él, y no les gusta Beethoven. Por las noches suelen salir por las calles de la gran ciudad, que pudiera ser cualquier ciudad del mundo, y la época podía ser cualquiera, aunque esté ambientada en una sociedad futurística, sin embargo, su bandalismo tambien puede ser muy actual. La banda: roban, violan, mutilan, destrozan y matan. Esa es su diversión nocturna. El joven antihéroe es detenido y castigado, pero no es suficiente para el Estado. Y como no es lo idóneo la cárcel como corrector, el ministro del interior introduce una nueva modalidad como "terapia de adversión" que garantiza, en poco tiempo, la eliminación de las tendencias criminales del muchacho para siempre.
   Alex, en su inocencia, incluso tiene fe y agradece la oportunidad de curarse. Pero su líbido es indestructible que se considera capaz de hacer frente a los expertos conductistas del Estado. En el tratamiento le inyectan una sustancia que con la combinación de  proyección de filmes llenos de violencia que le obligan a ver con un aparato que le impide cerrar los ojos (esta imagen en la película es impactante) le produce nauseas insoportables. Pronto se da cuenta que no puede soportar contemplar actos violentos, sin sentirse muy mal. Incluso en los actos de escena sexuales le produce nauseas incontrolables.
   Así le imponen una bondad impuesta, y la sociedad esta satisfecha y preveé un futuro libre de crímenes.
Pero los hombres no son máquinas, y separar un impulso humano es siempre difícil. El tratamiento consistía en ver películas violentas con "intensificadores emocionales" de bandas sonoras de música sinfónica. El delincuente reformado se encuentra que no puede escuchar música de su amado Beethoven sin sentirse enfermo. Entonces el Estado ha llegado demasiado lejos, porque a la vez también a anulado esa parte moral y de bondad. Enloquecido por una grabación de la novena sinfonía, Alex intenta suicidarse, y los elementos más progresistas de la sociedad se escandalizan y sienten compasión. Alex es sometido otra vez a sesiones "hipnopédicas" que le devuelven su antigua condición "libre". Alex vuelve a soñar con formas más elaboradas de agresión.
El autor del libro Anthony Burgess (1917-1933) lo que trataba de decir era que es mejor ser malo por decisión propia que ser bueno por un lavado de cerebro científico. Alex tiene poder de decisión, escoge solo la violenta pero, como demuestra su amor por la música, existe otros ámbitos de elección. Según en ediciones del libro, y tampoco en la película, se incluye un epílogo que muestra la maduración de Alex y la repugnancia que siente por su viejo estilo de vida, y piensa en el amor como algo más como una forma de violencia e incluso se ve a él mismo como una persona con un futuro mejor. Había sido una "naranja amarga" y ahora está llenándose de algo semejante a la decencia y la dulzura humana. Para el autor  A. Burgess la palabra "libertad" ha de ser más que una palabra, ha de ser un ejercicio que el hombre debe ponerlo en practica. Y fue reprendido por expresar los temores sobre el poder del "estado moderno", por reducir la libertad del individuo. La literatura ha advertido sobre este poder, más que muchos intelectuales. Por entonces apareció un libro "Más allá de la libertad y la dignidad" de D.F. Skinner que se publicó justo cuando se estrenaba la película en los cines, dispuesto a mostrar las ventajas de lo que podemos llamar "lavado de cerebro benéfico". Nuestro mundo esta mal,-comenta Skinner- con los problemas de la guerra, la contaminación ambiental, la violencia civil, la explosión demográfica. La conducta humana debe de cambiar y se necesita una tecnología del comportamiento humano. -Con los incintivos positivos apropiados a la que reaccionamos con nuestro instinto condicionado, todos seremos mejores ciudadanos, sometidos a un Estado que tiene como objetivo el bien de la comunidad-.
 (Skinner 1904-1990. Psicólogo y filósofo americano fue pionero en psicología experimental, es también autor de una novela de ficción publicada en 1948 titulada Walden dos, sobre una teoría con métodos  de condicionamiento -conductista- en una enseñanza programada).

   A CLOCKWORK ORANGE  película británica producida y dirigida por Stanley Kubrick (1928-1999)  en 1971 de ciencia ficción, adaptó la novela de Anthony Burgess de 1962 protagonizada por ALEX (Malcolm Mc Dowell, el actor). Alex va narrando la película en una jerga propia, y hay contenidos de escenas violentas que facilitan a una crítica social, o más bien, en su momento lo fue (en la actualidad otros sucesos lo han superado, en el cine y en la realidad) también en psiquiatría y a teorías conductistas en psicología. Su banda sonora está compuesta por pasajes de música clásica, con temas de Beethoven, (que revitalizó las ventas de la "Novena Sinfonía") y con arreglos musicales de sintetizador de Wendy Carlos, también aparece el tema de Guillermo Tell de Rossini, y la canción "Singin ´in the rain (Cantando bajo la lluvia) que en su momento protagonizó Gene Kelly. La película tuvo
varios premios y fue candidata al oscar del mejor director. En hispano-america fue estrenada en 1977 y recibida con críticas. Los protagonistas junto con la música es acertado para el ambiente ficcionario. La banda de delincuentes que se hacen llamar drugos, utilizan una vestimenta muy personal, camisa y pantalón blanco con tirantes y protectores testiculares, botas altas, sombreros típicos ingles, antifaz y pestañas postizas, bastones y cadenas como armas. Toman como bebida una leche con "velocentina" y otras sustancias que alteran la conducta haciéndola más violenta. Así, con estas apariencias y esta bebida inician noche tras noche, fechorías que no tienen límite, y mejor no detallar porque es mejor ver el film.
Para muchísimos, es una película de culto que la consideran la "mejor película hecha" aclamando a Kubrick por su visión futurista. En USA la clasificaron como película "X", tildando a su director de fascista, porque consideraban que estaba representando una violencia como un pasatiempo entretenido. Teniendo también otros problemas en el Reino Unido por su violencia sexual, donde incluso su director pide a la productora que retire el film de todos los cines británicos. La familia Kubrick dada la supuesta amoralidad del film, recibieron varias amenazas de muerte camufladas en su correo e incluso tenían manifestantes asediando en la puerta de su vivienda. Las anécdotas del film son numerosas.
Hay algunas diferencias notables del libro al film, pero es una fiel adaptación, que no supone de mayor importancia para la filmación. Añadiendo que es un film por entonces clasificada de ficción distópica, revolucionaria y a la vez, surrealista.
    Otros largometrajes de importancia cinematográfica de este director que tampoco causaron indiferencia y que hay que recordar y a mencionar a: "Senderos de Gloria" (1957), "Espartaco" (1960), "Lolita" (1962). Kubrick alcanzó en 1968 la cumbre en su carrera cinematográfica con "2001: A Space Odysey", film tambien de ciencia-ficción, ganadora de un Óscar por diseño y efectos especiales. Posteriormente en 1975 dirigió la espectacular película "Barry Lyndon", ganadora de cuatro Óscars. "El Resplandor" (1980), "La Chaqueta Metálica" (1987), y finalmente "Eyes Wide Shut" (1999).
                                                        *****

23 jun 2020

El viejo de la ventana (Cuento-narración)

"El signo más cierto de la vejez,
es el sentimiento de la soledad"
(Louise May Alcott, 1832-1888)

"El Viejo siempre estába solo. Solía pasar todos los días del verano asomado desde su ventana con una camiseta desgastada y un pantalón corto viendo pasar al vecindario A veces parecía una vieja estátua que solamente se interrumpia con un movimiento muy lento al rascarse la oreja. Así, de esta manera solía pasar todos los veranos desde hace algunos años. Como si el tiempo y la vida no transcurriese en su hogar.
   Esto lo sé perfectamente, porque he llevado algunos años observándole desde mi ventana. Su casa apenas tenía  mobiliario, y en su comedor presidía una enorme fotografía del día de su casamiento como única compañia. Cada noche se solia acostarse dejándose las luces del comedor encendidas. Le costaba un enorme esfuerzo desplazarse hasta su dormitorio. Una vez que consiguía llegar, reposaba unos minutos en el borde de la cama. Despues comenzaba un largo ritual empeñándose en ponerse su pijama. Cuando lo había conseguido, apagaba la luz, dejándose la primera encendida. No es que lo hiciese a propósito, sino, porque el cansancio a esas horas, el ir y venir sus piernas ya no se lo permitian.
   Cuando llegaba el día siguiente, era más de lo mismo. Apenas solía pisar la calle, sólo lo hacía cuando tenía asistencia médica o cuando no tenía más remedio que hacer alguna  pequeña compra de comida. Eso si antes no había convencido o se hubiese ofrecido algún vecino para que se lo facilitara.
    El viejo murió la otra noche repentinamente. Algún vecino debió de comunicar su defunción. Por rumores sé, que hacía solo unos días que había vendido su casa a unos especuladores inmobiliarios a cambio de un dinero por adelantado para poder llegar mejor al final de mes.
   Cuando los servicios sociales se llevaron al anciano, dejaron la ventana abierta, donde el sol de la mañana iluminaba la solitaria y gigante fotografía del día de su casamiento. Era lo único en ese momento lo que habitaba en ese hogar.
   Días despues, la vivienda se puso en alquiler. Una empresa de limpieza aseó la casa para unos futuros inquilinos. Tiraron algunos objetos del viejo al contenedor de la basura. La enorme fotografía, como no entraba en el contenedor, la dejaron a un lado. Las miradas del matrimonio observaban por última vez a los paseantes de la calle.
   La imagen de la fotografía, por unos momentos fue escalofriante. A la espera de la recogida por el camión de los escombros, ahí quedaban por unos instantes todas las ilusiones y esperanzas de un matrimonio. Todo eso se acabó. El testimonio y el recuerdo de una existencia terminó en un rincón para los desechos. Es lo que tiene la vida; que existe un comienzo, un final y también un olvido".
                                                            *****

20 jun 2020

El chico del manicomio (Cuento-narración)

Responder
"La locura  posee multitud de facetas y además no tiene medida"

 "De todo lo que me impresionó de aquel hospital, fue aquél muchacho que siempre permanecía de pie, balanceándose de adelante hacia atrás con un ligero impulso de sus piernas. Tenia las manos entrelazadas haciendo puñetas con los pulgares de sus dedos y la mirada permanente en el cielo que dejaba ver una pequeña ventana. También movía sus labios, como si rezara alguna oración, o como si entonara siempre la misma canción.
Así se pasaba los días, con esos mismos movimientos, un día tras otro. Al principio de conocerlo, a los cinco o diez minutos ya te agotabas de verlo, y lo maldecias porque su condenado baile producía un cierto aturdimiento.
Había otros enfermos peores que él, que por diversión y como medio de pasar el aburrimiento, le hacían pesadas bromas, llegando incluso a escupirle. Pero él sin inmutarse, seguía su imparable balanceo. Otros le empujaban y le tiraban al suelo, pero él se levantaba y continuaba  en su vaivén como si nada hubiese pasado. El mundo para él, era ese medio metro cuadrado de balanceo. En la hora de mi instancia, ya me daba pena verlo así, y tuve que cambiarme de lugar para evitar verlo porque ese dichoso baile te transmitía cierto malestar. Cuando transcurrió unas tres horas aproximadamente, empecé a inquietarme y a la vez me preguntaba que seria de ese pobre muchacho y entonces fui a visitarlo de nuevo. Seguía en ese medio metro arriba y abajo. En lo que duró mi instancia en ese lugar, tuve la oportunidad de observar, que solamente interrumpió su movilidad, cuando un diminuto gorrión se coló por esa pequeña ventana abierta que servía a la vez de ventilación. El muchacho hizo una interrupción agachándose, se acercó hacía el pajarillo, y este se dejó atrapar entre sus delicadas manos y así le ayudó a recuperar su libertad. Al poco rato, las enfermeras que eran unas monjas de uniforme blanco, llamaron al muchacho para darle de comer llamándole -¡Juanito vamos, que ya es hora de comer!-, y cuando llegó la cena otra monja le dijo,-¡Pepito, ya es hora de cenar!-. En ambos casos venían y lo recogían para atenderlo y alimentarlo. Me pregunté cual sería su verdadero nombre, aunque el nombre parecía ser, que era lo de menos.Tuve curiosidad y miré  al cielo para saber que era lo que observaba este muchacho, pero solo vi nubes y unos pájaros.
No dejé de perderle interés,y quise imaginarme lo que le podía rondarle por la cabeza, y me fijé que apenas pestañeaba. Me acerqué a un palmo de su rostro, diciéndole algunas palabras amables y cariñosas, pero él seguía en su pequeño vaivenear continuando con sus puñetas con los dedos. Solo hizo una ligera mueca como si quisiera sonreir. Me atreví a preguntarle a las -Hermanas Enfermeras de La Caridad del Espíritu Santo-, sobre la enfermedad del chico. Pero me respondieron, que eso no me incumbía, y otra me dijo, que por culpa de una enfermedad mental que se llamaba -depresión-.
Un día, quise imitarlo como curiosidad para saber cómo me sentiría balanceándome. Pero apenas logre superar una hora. Algo parecido a una danza derviche me hizo entrar en una especie de trance. Acabé mareado y desorientado como si hubiese perdido por mucho tiempo la realidad, y terminé en el suelo con ganas de vomitar. Mientras él, seguía su marcha atlética sin importarle nada de lo ocurrido. Entonces ya me imaginé, o más bien acerté en saber, que él mentalmente, no estaba en este mundo.
No fue una sensación agradable la que sentí, por lo tanto, supuse que él tampoco lo estaba pasando bien. Una experiencia que me puso la piel de gallina al poder comprobar que, en la mente no existe el límite, y que atravesando la linea de la conciencia, inclusa ella, te podía hacer perder para siempre la razón.
Me quedé unos días más sin acercarme al muchacho, ni siquiera quería saber nada de él. Le miraba tras las cortinas de la habitación de reojo, como aquel que no quiere mirar, pero que mira, y no me atreví a más.
La última vez que me acerque a él, y echándole mucho valor, me sorprendió. Estábamos en la soledad de un atardecer, y de golpe y porrazo, se paró de repente. Detuvo su balanceo en una posición intermedia de su habitual vaivén, quedándose como una figura estática, pero de carne y hueso. Giró su cara mirándome a los ojos y me confeso en voz muy baja que:-El tiempo era como un fluido que nos devoraba la vida-. Esa también fue la primera y última vez que le oí hablar".

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Rfa:02/10/2011 2:45

11 jun 2020

Manual se autosuficiencia ética (Parte XXI)

"Solo en la derrota somos invencibles"
(Walter Benjamín)

John Fitzgerald Kennedy (1917-1963).- Contra las desigualdades sociales.


"Nadie pone en duda los sentimientos personales de Kennedy. Es hostil a cualquier desigualdad entre los hombres. La discriminación racial le causa horror. Su sentido de la justicia, sus aspiraciones para lograr una sociedad ordenada y racional le impiden ceder a la tentación discriminatoria. Pero Kennedy es, ante todo, un hombre político. Las condiciones para realizar cambios profundos e inmediatos no le parecen favorables. Algunos de sus conciudadanos, poderosos e influyentes, se opondrían con fuerza. Conviene, en consecuencia, esperar días mejores. Por el momento, el presidente se conformará con recurrir a los únicos medios que dispone el Ejecutivo. Estos medios no son desdeñables. El presidente, y por delegación, el secretario de Justicia, proceden a la nominación de  los funcionarios y de los jueces federales. Kennedy posibilita la entrada de profesionales negros en la administración federal. En puestos intermedios el número de funcionarios negros aumenta en un 36,6% de junio de 1961 a junio de 1963. En los puestos superiores el crecimiento es de un 88,2%. Se nombra a un embajador negro para Finlandia. La oficina de asuntos urbanos está dirigida por un negro. Un juez negro accede a una de las audencias territoriales federales...Estos nombramientos no son demasiado abundantes, pero su significación política no pasa por alto a nadie. Se ha dado un paso más, se ha afirmado una voluntad...    Kennedy ha establecido una comisión, presidida por Johnson , para velar por la igualdad de contratación en la Administración federal y en las sociedades que trabajan para el gobierno. En 1961, los -viajeros de la libertad-, negros y blancos, fletan autocares y circulan por el Sur. ¿Su objetivo? Obtener la no segregación en las estaciones de autobuses. Estalla la violencia. Los partidarios de la segregación incendian los vehículos o atropellan a los viajeros. Entonces interviene su hermano Robert Kennedy, y la comisión sobre el comercio entre Estados decide  que las estaciones de autobuses ya no podrán disponer de salas de espera y de comodidades para los blancos y otras para los negros. En lo sucesivo serán -integradas-. El mismo resultado, aunque más fácilmente, se alcanza en los aeropuertos. Más activo que el de Eisenhower, el gobierno de Kennedy emprende, sólo en el año 1961, catorce procesos en favor de los negros víctimas de discriminación en el momento de la inscripción en las listas electorales.....
   En 1962, el gobierno federal lleva a cabo una política respecto a los negros respectivamente tímida. Washington, desde luego, hace grandes esfuerzos para obtener de la Universidad de Mississipi que un estudiante negro, James Meredith, pueda incribirse y asistir a los cursos. Se trata de un asunto sumamente espectacular. Se desarrolla al mismo tiempo que la crisis de los misiles y demuestra, por la simultaneidad de los acontecimientos, hasta qué punto se ve solicitada la atención del presidente. El gobernador del Estado, Ross Barnett, se niega, en efecto, a ceder a la presión de los tribunales federales. Defiende, según pretende, los derechos de su Estado en contra de las usurpaciones del poder federal. Los habitantes de Mississipi no quieren la NO segregación. ¿Que derecho tienen las autoridades federales para impedírselo? Robert Kennedy envía al lugar algunas decenas de marshals con la misión de proteger a J. Meredith. El propio presidente intenta persuadir al gobernador rn rl curso de una larga conversación telefónica. En vano. Entonces hace un llamamiento al sentido común de los ciudadanos de Mississipi. Durante ese tiempo, estallan motines en el campus. Los marshals, asediados por los amotinados, apenas se benefician de la protección de los guardias nacionales. El 30 de septiembre, los incidentes ocasionan tres muertos, entre ellos un periodista francés. Al día siguiente vuelve la calma. El gobierno federal impone su voluntad y Meredith puede seguir sus cursos (aunque protegido por los marshals). La actitud del secretario de Justicia y del presidente Eisenhower había mandado tropas federales a Little Rock, en Arkansas, en 1957, para conseguir la aplicación de la integración escolar. Kennedy no ha innovado nada. Se ha inspirado en el precedente. Pero, sin duda, se ha formado una idea de lo que, en lo sucesivo, puede pedirle al Congreso. La opinión está madura. El Senado y la Cámara de representantes acaban de adoptar una enmienda a la Constitución que prohíbe el establecimiento de una tasa electoral para las elecciones federales. La enmienda será ratificada por las legislaturas de los Estados en 1964. Es una buena señal.
   Por todo ello, Kennedy hace preparar un proyecto de ley, anunciándolo en su mensaje sobre el estado de la Unión de enero de 1963, y que luego presenta en detalle el 28 de febrero. Se trata, simplemente, de proteger, una vez más, el derecho al voto de los negros. Los liberales se escandalizan. Por debilidad o timidez, el presidente decepciona. Hay que convencerle de que hay más cosas por hacer. Deben organizarse manifestaciones no violentas. Uno de los principales animadores es un pastor negro, de la secta baptista, llamado Marthin Luther King. Tiene una sólida experiencia, debido a las campañas de opinión que lleva a cabo aquí y allá en el Sur desde hace más de siete años......." (Kennedy, extracto de la biografía escrita originalmente en 1978 por André Kaspi).

Martin Luther King (1929-1968).- Su sueño.
"Les digo a uds hoy, amigos míos, que ha pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño americano. Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: -Creemos que estas verdades son evidentes que todos los seres humanos han sido creados iguales-.
   Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de los esclavos, se podrán sentar juntos en la mesa de la fraternidad.
   Sueño que un día, incluso el estado de Mississipi, un estado sofocado por el calor de la injusticia y el fuego de la opresión, se convertirá en un oasis de libertad y de justicia.
   Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país donde no seran juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad. ¡Tengo un sueño hoy!.
   Sueño que un día, el estado de Alabama, donde el racismo es despiadado y el Gobernador escupe frases de -interposición- entre las razas y -anulacion- de los negros , se convertirá en un lugar donde las niñas y los niños negros puedan cogerse de la mano con las niñas y los niños blancos y caminar unidos, como hermanas y hermanos. ¡Tengo un sueño hoy!.
   Sueño que algún día los valles serán cumbres, y las colinas y las montañas serán llanos, que los sitios más escarpados serán aplanados y los lugares sinuosos, enderezados; -y la gloria del Señor será revelada, y se unirá todo el género humano-.
   Ésta es nuestra esperanza, Ésta es la fe con la cual regreso al Sur".
(Dircurso de Martin Luther King, Tengo un sueño, pronunciado en 1963)
  

 Este es un pretencioso Manual de Autosuficiencia Ética, que está compuesto en diferentes partes, formado a base de fragmentos breves recogidos con la intención de fomentar su lectura, de facilitar el pensamiento y el desarrollo personal. Recordando, exponiendo y respetando, los interesantes ideales de diferentes personalidades de la historia, donde se abarcan conceptos diversos como los: sociales, filosóficos, políticos, literarios, artísticos, ficción y etc..., todavia muy válidos para la actualidad. 
Porque, en sí, leer ya es un acto ético.
                                                                  *****

9 jun 2020

Manual de autosuficiencia ética (Parte XX)

"Estamos limitados entre lo que
 somos y nuestras posibilidades"

Italo Calvino (1923-1985).- La aventura de un matrimonio.
"EL obrero Arturo Massolari hacía el turno de noche, el que termina a las seis. Para volver a su casa tenía un largo camino que recorría en bicicleta con buen tiempo, en tranvía los meses lluviosos e invernales. Llegaba entre las siete menos cuarto y las siete, a veces un poco antes, otras un poco después de que sonara el despertador de su mujer Elide.
   A menudo los dos ruidos, el sonido del despertador y los pasos al entrar de él, se superponían en la mente de Elide, alcanzándola en el fondo del sueño, ese sueño compacto de la mañana temprano que ella trataba de seguir exprimiendo unos segundos con la cara hundida en la almohada. Después se levantaba repentinamente de la cama y ya estaba metiendo a ciegas los brazos en la bata, el pelo sobre los ojos. Elide se le aparecía así, en la cocina, donde Arturo sacaba los recipientes vacíos del bolso que llevaba del trabajo: la fiambrera, el termo, y los depositaba en el fregadero.Ya había encendido el calentador y puesto el café. Apenas la miraba, elide se pasaba una mano por el pelo, se esforzaba por abrir bien los ojos, como si cada vez se avergonzase un poco de esa primera imagen que el marido tenía de ella al regresar a casa, siempre tan en desorden, con la cara medio dormida. Cuando los dos han dormido juntos es otra cosa, por la mañana los dos emergen del mismo sueño, los dos son iguales.
   A veces en cambio entraba él en la habitación para despertarla con la taza de café, un minuto antes de que sonara el despertador; entonces todo era más natural, la mueca al salir del sueño adquiría una dulzura indolente, los brazos que se levantaban para estirarse, desnudos, terminaban por ceñir el cuello de él. Se abrazaban.....
   A esa hora la casa siempre estaba caldeada, pero Elide se había desnudado completamente, temblaba un poco, y se lavaba en el cuartito de baño. Detrás llegaba él, con más calma, se desvestía y se lavaba también, lentamente, se quitaba de encima el polvo y la grasa del taller. Al estar así los dos juntos al mismo lavabo, medio desnudos, un poco ateridos, dándose algún empellón, quitándose de la mano el jabón, el dentrifico, y siguiendo con las cosas que tenían que decirse, llegaba el momento de la confianza, y a veces, frotándose mutuamente la espalda, se insinuaba una caricia y terminaban con unos abrazos.
   Pero de pronto Elide: -¡Dios mio! ¿Que hora es ya?- y corría a ponerse el portaligas, la falda, a toda prisa, de pie, y con el cepillo yendo y viniendo por el pelo, y adelantaba la cara hacia el espejo de la cómoda, con las horquillas apretadas entre los labios. Arturo la seguía, encendía un cigarrillo, y la miraba de pie, fumando, y siempre parecía un poco incómodo por verse allí sin poder hacer nada. Elide estaba lista, se ponía el abrigo en el pasillo, se daban un beso, abría la puerta y ya se la oía bajar corriendo las escaleras.
   Arturo se quedaba solo. Seguía el ruido de los tacones de Elide peldaños abajo, y cuando dejaba de oírla, la seguía con el pensamiento, los brincos veloces en el patio, el portal, la acera, hasta la parada del tranvía. El tranvía, en cambio, lo escuchaba bien: chirriar, pararse, y el golpe del estribo cada vez que subía alguien. Lo ha atrapado -pensaba-, y veía a su mujer agarrada entre la multitud de obreros y obreras al "once", que llevaba a la fábrica como todos los días. Apagaba la colilla, cerraba los postigos de la ventana, la habitación quedaba a oscuras, se metía en la cama.
   La cama estaba como la había dejado Elide al levantarse, pero de su lado, el del Arturo, estaba casi intacta, como si acabaran de tenderla. Él se acostaba de su lado , como corresponde, pero después estiraba una pierna hacia el otro, donde había quedado el calor de su mujer, estiraba la otra pierna, y así poco a poco se deslizaba hacia el lado de Elide, a aquel nicho de tibieza que conservaba todavía la forma del cuerpo de ella, y hundía la cara en su almohada, en su perfume y se dormía.
   Cuando volvía Elide, por la tarde, Arturo hacía un rato que daba vueltas por las habitaciones: había encendido la estufa, puesto algo a cocinar. Ciertos trabajos los hacía él, en esas horas anteriores a la cena, como hacer la cama, barrer un poco, y hasta poner en remojo la ropa para lavar. Elide encontraba todo mal hecho, pero a decir verdad no por ello él se esmeraba más: lo que hacía era una especie de ritual para esperarla, casi como salirle al encuentro aunque quedándose entre las paredes de la casa, mientras afuera se encendían las luces y ella pasaba por las tiendas en medio de esa animación fuera del tiempo de los barrios donde hay tantas mujeres que hacen la compra por la noche.
   Por fin oía los pasos por la escalera, muy distintos de los de la mañana, ahora pesados, porque Elide subía cansada de la jornada de trabajo y cargada con la compra. Arturo salía al rellano, le tomaba de la mano la cesta, entraban hablando. Elide se dejaba caer en la silla de la cocina, sin quitarse el abrigo, mientras él sacaba las cosas de la cesta. Después:
   -Arriba, un poco de coraje- decía ella, y se levantaba, se quitaba el abrigo, se ponía ropa de estar por casa. Empezaban a preparar la comida: cena para los dos, después la merienda que él se llevaba a la fábrica para el intervalo de la una de la madrugada, la colación que ella se llevaría a la fábrica al día siguiente, y la que quedaría lista para cuando él se despertara por la tarde...
   La mesa puesta, con todo listo y al alcance de la mano para no tener que levantarse, llegaba el momento en que los dos sentían la zozobra de tener tan poco tiempo para estar juntos, y casi no conseguían llevarse la cuchara a la boca de las ganas que tenían de estarse allí tomados de la mano.
   Pero todavía no había terminado de filtrarse el café y él ya estaba junto a la bicicleta para ver si no faltaba nada. Se abrazaban. Parecía que sólo Arturo se daba cuenta de lo suave y tibia que era su mujer. Pero cargaba al hombro la barra de la bici y bajaba con cuidado la escalera.
   Elide lavaba los platos, miraba la casa de arriba a abajo, las cosas que había hecho su marido, meneando la cabeza. Ahora él corría por las calles oscuras, entre los escasos faroles, quizás ya había dejado atras el gasómetro. Elide se acostaba, apagaba la luz. Desde su lado, acostada, corría una pierna hacia el lugar de su marido buscando su calor, pero advertía cada vez que donde ella dormía estaba más caliente, señal de que tambien Arturo había dormido allí, y eso la llenaba de una gran ternura". (Italo Calvino, extracto de su cuento aparecido en su libro de 1970 "Los amores difíciles")

José Saramago (1922-2010).- La busqueda.
"...La conclusión no había añadido gran cosa a las premisas, desde el principio de su vida don José sabe que sólo necesita tiempo para usar la paciencia, desde el principio espera que a la paciencia no le falte tiempo. Se levantó y, fiel a la regla de que en todas operaciones de búsqueda lo mejor es comenzar siempre por una punta y avanzar con método y disciplina, atacó el trabajo por el extremo de una de las filas de estantes, resuelto a no dejar papel sobre papel sin verificar si, entre el de abajo y el de encima, otro papel estuviera escondido. Abrir una caja, desatar un mazo, cada movimiento que hacía levantaba una nube de polvo, hasta tal punto que, para no acabar asfixiado, tuvo que atarse el pañuelo sobre la nariz y la boca, un método preventivo que los escribientes debían seguir cada vez que iban al archivo de los muertos en la Conservaduría General. En pocos minutos se le pusieron las manos negras, el pañuelo perdió lo poco que le quedaba de blancura, don José se convirtió en un minero de carbón a la espera de encontar en el fondo de la mina el carbono puro de un diamante.
   La primera ficha apareció al cabo de media hora. La niña ya no usaba flequillo, pero los ojos, en esta fotografía sacada a los quince años, conservaban el mismo aire de gravedad dolorida. Cuidadosamente, don José la puso encima de la silla y continuó buscando. Trabajaba en una especie de sueño, minucioso, febril, bajo sus dedos se escapaban las polillas espantadas por la luz y, poco a poco, como si removiera los restos de un túmulto, el polvo se le agarraba a la piel tan fino que atravesaba la ropa. Al principio, cuando le aparecía un mazo de fichas iba inmediatamente a la que le interesaba, después comenzó a demorarse en nombres, en imagenes, por nada, sólo porque estaban allí y nadie más volvería a entrar en esta buhardilla para apartar el polvo que las cubría, centenas, millares de rostros de muchachos y muchachas, mirando de frente al objetivo, el otro lado del mundo, a la espera no sabían de qué. En la Consevaduría General no era así, en la Conservaduría General sólo existían palabras, en la Conservaduría General no se podía ver cómo habían cambiado e iban cambiando las caras, cuando lo más importante era precisamente eso, lo que el tiempo hace mudar, y no el nombre que nunca varía. Cuando el estómago de don José hizo señales, estaban sobre la silla siete fichas, dos de ellas con retratos iguales, la madre debió de decirle, Lleva ésta del año pasado, no necesitas ir al fotógrafo, y ella llevó el retrato, con pena de no tener ese año una fotografía nueva. Antes de bajar a la cocina, don José entró en el cuarto de baño del director para lavarse las manos, se quedó asombrado cuando se vió en el espejo, no imaginaba que pudiera tener la cara en aquel estado, sucísima, surcada de regueros de sudor, No parezco yo pensó, y probablemente nunca lo había sido tanto. Cuando acabó de comer, subió a la buhardilla tan aprisa como las rodillas le permitieron, se le ocurrió que si faltase la luz, posibilidad a tener en cuenta con estas lluvias, no podría terminar la búsqueda. Suponiendo que no hubiese repetido ningún curso, sólo le restaba encontrar cinco fichas, y si se quedase a oscuras, su esfuerzo, en parte, se habría perdido, ya que no podría volver a entrar en la escuela. Absorto en el trabajo se olvidó del dolor de cabeza, del enfriamiento, y ahora notaba que estaba peor. Volvió a bajar para tomar otros dos comprimidos, subió sacando fuerzas de flaqueza, y retomó el trabajo. La tarde se aproximaba  a su fin cuando encontró la última ficha. Apagó la luz de la buhardilla, cerró la puerta y, como un sonámbulo, se enfundó la chaqueta y la gabardina, limpió lo mejor que pudo las señales de su paso y se sentó a esperar la noche. (José Saramago, fragmento de su libro de 1997 "Todos los nombres")

Este es un pretencioso Manual de Autosuficiencia Ética, que está compuesto en diferentes partes, formado a base de fragmentos breves recogidos con la intención de fomentar su lectura, de facilitar el pensamiento y el desarrollo personal. Recordando, exponiendo y respetando, los interesantes ideales de diferentes personalidades de la historia, donde se abarcan conceptos diversos como los: sociales, filosóficos, políticos, literarios, artísticos, ficción y etc..., todavía muy válidos para la actualidad. 
Porque, en sí, leer ya es un acto ético.
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6 jun 2020

Manual de autosuficiencia ética (Parte XIX)

"El razonamiento activo se aprende con la practica,
debería ser practicado durante mucho tiempo y de 
muchas maneras variadas" (George Gurdjieff).

George Orwell (1903-1950).- El socialismo.
"Hasta el siglo XX, y sin duda hasta la década de 1930, todo el pensamiento socialista era en cierto modo utópico. El socialismo no había sido puesto a prueba en ningun lugar del mundo, y en la mente de casi todos, incluido sus enemigos, estaba ligado a la idea de libertad e igualdad.
   Solo había que acabar con la injusticia económica, y todas las demás formas de tiranía se desvanecieran también. Llegaría la era de la fraternidad humana, y la guerra, el crimen, la enfermedad, la pobreza y la explotación laboral serían cosas del pasado. A algunos no les gustaba este objetivo, y había muchos que daban por sentado que nunca se alcanzaría, pero al menos esa era la meta.
   Pensadores tan dispares como Karl Marx y William Morris, Anatole France y Jack London, tenían todos una imagen más o menos parecida al futuro socialista, si bien podían discrepar en cuál era el modo de alcanzarlo.
   A partir de 1930 comenzó a aparecer una escisión ideólogica en el movimiento socialista. Para entonces, el -socialismo- había dejado de ser una simple palabra que evocaba un sueño; un país enorme y poderoso, la Rusia soviética, había adoptado la economia socialista y estaba reconstruyendo rápidamente su vida nacional, y en casi todos los países se veía un giro inconfundible hacia la propiedad pública y la planificación a gran escala. Al mismo tiempo que la palabra -socialismo-, en Alemania creció la monstruosidad del nazismo, que se autodenominaba socialismo y tenía ciertamente algunas características casi socialistas, pero incorporadas en uno de los regímenes más crueles y cínicos que el mundo haya visto jamás. Claramente, había llegado el momento de redefinir el término-socialismo-.
   ¿Qué es el socialismo? ¿Puede haber socialismo sin libertad, sin igualdad, sin internacionalismo?
¿Seguimos aspirando a la fraternidad humana universal o debemos contentarnos con un nuevo tipo de sociedad de castas en la que renunciemos a nuestros derechos individuales a cambio de seguridad económica?
   Entre los libros recientes, puede que el mejor análisis de estas cuestiones se encuentre en la obra de Arthur Koestler .
   En opinión de Koestler, lo que hace falta ahora es una síntesis del santo y el revolucionario. Por decirlo en otras palabras: las revoluciones tiene que producirse, no puede haber progreso moral sin cambios económicos drásticos y, sin embargo, el revolucionario desperdicia su trabajo si pierde el contacto con la decencia humana común. De algún modo, debe resolverse el dilema del fin y los medios. Debemos ser capaces de actuar, incluso de emplear la violencia, y aun así no dejarnos corromper por la acción. En términos políticos específicos, esto supone rehacer el comunismo ruso por un lado, y el gradualismo fabiano por otro....
   La clave que un socialista o comunista, como tal -y puede que esto sea aplicable más que a ningún otro a aquel que rompe con su propio partido por una cuestión de doctrina-, es una persona que creé que el - paraiso terrenal- es posible. El socialismo es en última instancia un credo optimista, y no es fácil conciliarlo con la doctrina del pecado original.
   Un socialista no está obligado a creer que la sociedad humana puede llevarse realmente a la perfección, pero casi cualquier socialista cree que podría ser muchísimo mejor de lo que es en la actualidad, y que la mayor parte de las maldades que cometen los hombres provienen de los efectos distorsionadores de la injusticia y de la desigüaldad. La base del socialismo es el humanismo. Puede coheistir con una creencia religiosa, pero no con la creencia de que el hombre es una criatura limitada que se comportará mal siempre que se presente la más mínima oportunidad....
   En estos momentos es difícil que el utopismo se materialice en un movimiento político definido. Las masas quieren seguridad en mucho mayor medida que igualdad, y por lo general no se dan cuenta de que la libertad de prensa y de expresión son de una importancia capital para ellos. Pero el deseo de perfección terrenal tiene una larga historia detrás.....
   El -paraiso terrenal- nunca se ha materializado, pero, como idea, parece que nunca se extingue, a pesar de la facilidad con la que pueden desacreditarla los políticos prácticos de cualquier signo. En su centro reposa la crencia de que la naturaleza humana es de entrada bastante decente, y capaz de desarrollo ilimitado. Esta creencia ha sido el motor principal del movimiento socialista, incluidas las sectas clandestinas que allanaron el camino para la Revolución rusa, y podría afirmarse que los utópicos, hoy en día una minoría desperdigada, son los auténticos defensores de la tradición socialista...." (George Orwell,  este escrito fue publicado en enero de 1946. Fragmento regogido en su libro "Ensayos")

Ernesto Che Guevara (1928-1967).- El socialismo y el hombre.
"...Como ya dije, en momentos de peligro extremo es fácil potenciar los estímulos morales; para mantener su vigencia, es necesario el desarrollo de una conciencia en la que los valores adquieran categorías nuevas. La sociedad en su construcción debe convertirse en una gigantesca escuela.
   Las grandes líneas del fenómeno son similares al proceso de formación de la conciencia capitalista en su primera época. El capitalismo recurre a la fuerza, pero, además, educa a la gente en el sistema. La propaganda directa se realiza por los encargos de explicar la ineluctabilidad de un régimen de clase, ya sea de origen divino o por imposición de la naturaleza como ente mecánico. Esto aplaca a las masas que se ven oprimidas por un mal contra el cual no es posible la lucha.
   A continuación viene la esperanza, y en esto se diferencia de los anteriores regímenes de casta que no daban salida posible.
   Para muchos continuará vigente todavía la fórmula de casta: el premio a los obedientes consiste en el arribo, después de la muerte, a otros mundos maravillosos donde los buenos son premiados, con lo que se sigue la vieja tradición. Para otros, la innovacón: la separación en clases es fatal, pero los individuos pueden salir de aquella a que pertenecen mediante el trabajo, la iniciativa, etc..Este proceso, y el de autoeducación para el triunfo, deben ser profundamente hipócritas; es la demostración interesada de que una mentira es verdad.
   En nuestro caso, la educación directa adquiere una importancia mucho mayor. La explicación es convincente porque es verdadera; no precisa de suterfugios. Se ejerce a través del aparato  educativo del Estado en función de la cultura general, técnica e ideológica, por medio de organismos tales como el Ministerio de Educación y el aparato de divulgación del partido. La educación prende en las masas y la nueva actitud preconizada tiende a convertirse en hábito; la masa la va haciendo suya y presiona a quienes no se han educado todavía. Esta es la forma indirecta de educar a las masas, tan poderosa como aquella otra...
   En este período de construcción del socialismo podemos ver el hombre nuevo que va naciendo. Su imagen no está todavía acabada; no podría estarlo nunca ya que el proceso marcha paralelo al desarrollo de formas económicas nuevas. Descontando aquellos cuya falta de educación los hace tender el camino solitario, a la autosatisfacción de sus ambiciones, los hay que aun dentro de este nuevo panorama de marcha conjunta tienen tendencia a caminar aislados de la masa que acompañan. Lo importante es que los hombres van adquiriendo cada día más conciencia de la necesidad de su incorporación a la sociedad y, al mismo tiempo, de su importancia como motores de la misma..
   El camino es largo y está lleno de dificultades. A veces, por extraviar la ruta, hay que retroceder; otras, por caminar demasiado aprisa, nos separamos de las masas; en ocasiones, por hacerlo lentamente, sentimos el aliento cercano de los que nos pisan los talones. En nuestra ambición de revolucionarios, tratamos de caminar tan aprisa como sea posible, abriendo caminos, pero sabemos que tenemos que nutrirnos de la masa y que ésta sólo podrá avanzar más rápido si la alentamos con nuestro ejemplo...
Nosotros, los socialistas, somos más libres porque somos más plenos; somos más plenos por ser más libres. El esqueleto de nuestra libertad completa está formado, falta la sustancia proteica y el ropaje; los crearemos. Nuestra libertad y su sostén cotidiano tienen color de sangre y están henchidos de sacrificio. Nuestro sacrificio es consciente; cuota para pagar la libertad que construimos.
   El camino es largo y desconocido en parte, conocemos nuestras limitaciones. Nosotros mismos haremos el hombre del siglo XXI. Nos forjaremos en la acción cotidiana creando un hombre nuevo con una nueva técnica. La personalidad juega un papel de movilización y dirección en cuanta encarna las más altas virtudes y aspiraciones del pueblo y no se separa de la ruta. Quien abre el camino es el grupo de vanguardia, los mejores entre los buenos, el Partido.
   La arcilla fundamental de nuestra obra es la juventud; en ella despositamos nuestra esperanza y la preparamos para tomar de nuestras manos la bandera. Si esta carta balbuceante aclara algo, ha cumplido el objetivo con que la mando. Reciba nuestro saludo ritual, como un apretón de manos o un -Ave María purísima-: ¡Patria o muerte!." (Ernesto Che Guevara, fragmento escrito en 1965 recogido en el libro, "Escritos revolucionarios").
  

Este es un pretencioso Manual de Autosuficiencia Ética, que está compuesto en diferentes partes, formado a base de fragmentos breves recogidos con la intención de fomentar su lectura, de facilitar el pensamiento y el desarrollo personal. Recordando, exponiendo y respetando, los interesantes ideales de diferentes personalidades de la historia, donde se abarcan conceptos diversos como los: sociales, filosóficos, políticos, literarios, artísticos, ficción y etc..., todavia muy válidos para la actualidad. 
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4 jun 2020

Manual de autosuficiencia ética (Parte XVIII)

"Retirate dentro de ti mismo, sobre todo
cuando necesites compañia" (Epicuro)

Carlos Castaneda (1925-1998).- El arte del ensueño y la importancia personal.
"Mis prácticas de ensueño me llevaron a entender que un maestro del arte de ensoñar debe crear una maniobra didáctica a fin de enfatizar un determinado punto. En esencia, lo que don Juan buscaba con la primera tarea era ejercer mi antención al ensueño, a medida que yo aprendía a enfocarla en los objetos de mis sueños. Para lograrlo, usó la idea de que yo debería estar consciente de quedarme dormido. Su suterfugio era decir que la única manera de estar conscientes de que nos estamos quedando dormidos es examinando los elementos de nuestros sueños.
   Con la práctica me di cuenta que ejercitar la atención de ensueño es el punto esencial del arte de ensoñar. Sin embargo, a la mente le parece imposible que uno pueda estrenarse a sí mismo a estar consciente, al nivel de los sueños. Don Juan decía que el elemento activo de tal entrenamiento es la persistencia, y que la mente, con todas sus defensas racionales, no puede defenderse de la persistencia. Tarde o temprano, las barreras de la mente caen bajo su impacto, y la atención de ensueño florece.
   -Entrar en la segunda atención es lo que te da ese sentido de seguridad en ti mismo- dijo-. Llegar a este nivel requiere aún más cordura de tu parte. Muévete despacio, pero no te detengas; y sobre todo, cállate la boca y actúa...
   A medida que fui adquiriendo destreza en la preparación del ensueño, experimenté repetidamente sensaciones que personalmente consideré ser de gran importancia; tal como la sensación de rodar una zanja, justo en el momento de quedarme dormido. Don Juan nunca me dio a saber que ésas sensaciones eran absurdas, y hasta me dejó que las describiera en mis notas. Es sólo ahora que me doy cuenta de cúan absurdo le he de haber parecido....
   Cada vez que tenía la oportunidad, don Juan recalcaba que la energía necesaria para liberar nuestra atención de ensueño de la prisión de la socialización se obtiene reorganizando nuestra energía existente. Nada podría haber sido más cierto. El surgimiento de nuestra atención de ensueño es el resultado directo de reformar nuestras vidas. Como don Juan dijo, ya que no tenemos manera alguna de hacer uso de una fuente externa para incrementar nuestra energía, debemos reorganizar la existente mediante cualquier recurso disponible.
Don Juan insistía en que el camino del guerrero el el mejor recurso que existe para engrasar las ruedas de esa reorganización de energía, y que de todas las premisas del camino del guerrero, la más efectiva es -perder la importancia personal-. Estaba totalmente convencido de que perder la importancia personal es indispensable para todo lo que hacen los brujos; y por esta razón, puso una enorme presión en guiar a sus estudiantes a cumplir con este requisito. Su opinión era que la importancia personal no sólo el enemigo acérrimo de los brujos sino también de la humanidad entera.
   Don Juan argumentaba que empleamos la mayor parte de nuestra fuerza en sostener nuestra importancia, y que nuestro desgaste más pernicioso es la compulsiva presentación y defensa del yo; la preocupación acerca de ser o no admirados, queridos, o aceptados. Él mantenía que si fuera posible perder algo de esa importancia, dos cosas extraordinarias nos ocurrirían. Una libraríamos nuestra energía de tener que fomentar y sustentar la ilusa idea de nuestra grandeza; y dos, nos proveeríamos de suficiente energía para entrar en la segunda atención y vislumbrar la verídica grandeza del universo.." (Carlos Castaneda, extracto de su libro "El arte de ensoñar" de 1993).

 Marlo Morgan (1937).- Experiencias en el desierto australiano.
"...En el desierto veía la misma expresión de mis hijos en el rostro de mis compañeros. Nos divertíamos con casi todo lo que hacíamos, y aquello también provocó grandes risas. Pero su búsqueda espiritual está tan presente en todas  sus actividades que no me sorprendí cuando alguien comentó que la salsa era un símbolo del sistema de valores de los Mutantes. En lugar de vivir la verdad, los Mutantes permiten que las circustancias y condiciones entierren una ley universal bajo una mezcla de conveniencia, materialismo e inseguridad.
   Lo más interesante de sus comentarios y observaciones fue que nunca me sentí criticada ni juzgada. Ellos no juzgaban jamás que mi gente estuviera equivocada y que su tribu tuviera la razón. Era más bien como un adulto afectuoso observando a un niño que lucha por ponerse el zapato izquierdo en el pie derecho. ¿Quién dice que no se puede recorrer una buena distancia caminando con los zapatos cambiados? Tal vez haya una valiosa lección en los juanetes y las ampollas, pero es un sufrimiento que a un ser mayor y más sabio le parece ciertamente innecesario...
   En general, aquella tribu aborigen era extraordinariamente saludable. Más tarde conseguí identificar algunos de los pétalos de flores que comíamos por su acción contra la bacteria de la fiebre tifoidea. Me preguntaba tal vez así reforzaban su sistema inmunológico, de modo muy parecido al de nuestras vacunas. Lo que sí sé es que el cuesco de lobo australiano, una variedad de hongo muy grande, contiene una sustancia anticancérigena llamada calvacina, actualmente en estudio. También disponen de una sustancia antitumoral llamada acronicida, que se encuentra en una corteza.
   Los aborígenes descubrieron extrañas propiedades del solano australiano hace siglos. La medicina moderna obtiene de él el esteroide solasodina, que se utiliza para los anticonceptivos orales. El anciano me advirtió que ellos están seguros de que las nuevas vidas que llegan al mundo deben hacerlo por decisión propia, con el propósito de amarlas y darles la bienvenida. Una nueva vida para la tribu de los Auténticos ha sido siempre, desde el principio de los tiempos, un acto creativo consciente. El nacimiento de un niño significa que han proporcionado un cuerpo terrenal a un alma compañera. Al contrario, ellos no esperan siempre que los cuerpos aparezcan sin defectos. Es la joya invisible que se lleva en el interior la que carece de defectos y da, al tiempo que recibe, ayuda en el proyecto común de las almas para refinarse y mejorar.
   Yo tuve la impresión de que si ellos rezaran a nuestro modo, no sería para pedir por el niño abortado sino por el niño no deseado. Todas las almas que deciden experimentar la existencia humana serán honradas, si no a través de otro, en otro tiempo. El Anciano me comentó que el promiscuo comportamiento sexual de ciertas tribus, sin tomar en consideración el nacimiento resultante, era tal vez el mayor retroceso que había dado la humanidad. Ellos creen que el espíritu entra en el feto cuando anuncia su presencia al mundo mediante el movimiento. Para ellos un niño que nace muerto es un cuerpo que no albergaba ningún espíritu.
   Los Auténticos han localizado también una planta silvestre del tabaco. Utilizan las hojas para fumar en pipa en ocasiones especiales. Ellos siguen usando el tabaco como una sustancia única y rara, porque no abunda, que puede producir una sensación de euforia y crear adicción. Se utiliza simbólicamente para saludar a los visitantes o iniciar reuniones. Yo encontré cierta similitud entre su respeto por la planta y las tradiciones de los indios americanos. Mis amigos hablaban a menudo de la tierra que pisábamos, recordándome que era el polvo de nuestros antepasados. Ellos decían que en realidad las cosas no mueren, sólo se transforman. Hablaron del cuerpo humano, que vuelve a la tierra para servir de alimento a las plantas, que a su vez son la única fuente de oxígeno para los humanos. Parecían ser mucho más conscientes del valor de las moléculas de oxígeno que necesitan todos los seres vivientes que la inmensa mayoría de la gente ..."  (Marlo Morgan, extracto de su libro "Las Voces del Desierto" de 1993).

Este es un pretencioso Manual de Autosuficiencia Ética, que está compuesto en diferentes partes, formado a base de fragmentos breves recogidos con la intención de fomentar su lectura, de facilitar el pensamiento y el desarrollo personal. Recordando, exponiendo y respetando, los interesantes ideales de diferentes personalidades de la historia, donde se abarcan conceptos diversos como los: sociales, filosóficos, políticos, literarios, artísticos, ficción y etc..., todavia muy válidos para la actualidad. 
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Manual de autosuficienca ética (Parte XVII)

"Dichosos
los que haciendo lo que quieren
sólo hacen lo que pueden"
(E.J. Malinowski-poeta)

Amin Maalouf (1949).- La paz de un paseo.
"...Jamás hombre alguno, por muy príncipe que sea, se atreve a atacar a uno de ellos pues sabe que tendría que vérselas con el conjunto del gremio. Su divisa es una sentencia del Profeta: -Ayuda a tu hermano, sea opresor u oprimido-; pero interpretan estas palabras como lo hizo el propio Mensajero cuando le dijeron: -Al oprimido lo ayudaremos, es natural. Pero ¿cómo habríamos de ayudar al opresor?-. Y él le contestó: -Lo ayudaréis pudiendo más que él impidiéndole hacer el mal-. Así, era raro que un mozo de cuerda provocara una riña en los zocos de Fez; siempre había entre sus hermanos uno prudente para hacerlo entrar en razón.
   Tales eran esos hombres, tan humildes y, sin embargo, tan orgullosos. Tan indefensos, y sin embargo, tan generosos. Tan alejados de los palacios y de las alcazabas y, sin embargo, tan hábiles para gobernarse a sí mismos. Sí, tal era la raza a la que pertenecía mi mejor amigo.
   Todos los días, con los primeros albores, Harún el Hurón pasaba a recogerme para recorrer a mi lado los pocos centenares de pasos que llevaban de casa de Jali a la escuela. A veces nos contábamos algunos chismes, a veces repetíamos los versículos estudiados en la víspera. Las más veces, no decíamos nada, éramos amigos en silencio.
   Una mañana, al abrir los ojos, lo vi en mi habitación, sentado a los pies de mi armario-cama, en lo alto del cual estaba yo acostado. Me sobresalté, temiendo haberme retrasado para la escuela y pensando ya en la caña del maestro, que iba a zumbar al azotarme las pantorrillas. Harún me tranquilizó con una sonrisa.
   -Estamos a viernes, no hay escuela pero sí hay calles y jardines. Coge un trozo de pan y un plátano y luego reúnete conmigo en la esquina de la avenida.
   Desde ese día, sólo Dios sabe el número de caminatas que dimos. Muchas veces empezábamos el paseo en la plaza de los prodigios. No sé si se llama así de verdad, pero así era como la llamaba Harún. Para nosotros no había  en ella nada que comprar, nada que coger, nada que comer. Sólo había cosas que mirar, que olfatear y que oír.
...Había en la plaza numerosos saltimbanquis que cantaban estúpidas romanzas y vendían a la gente crédula  papelitos que contenían, decían ellos, fórmulas mágicas para curar todo tipo de enfermedades. Había también curanderos ambulantes que ponderaban sus productos milagrosos y se guardaban muy mucho de pasar dos veces por la misma ciudad. Había igualmente exhibidores de jimios que se divertían asustando a las mujeres embarazadas, así como encantadores de serpientes que se enroscaban los animales alrededor del cuello. Harún no temía acercarse. Pero a mí me daban tanto miedo como asco.
   Los días de fiesta había narradores. Recuerdo sobre todo a un ciego cuyo bastón bailaba al ritmo de las aventuras de Helul, héroe de las guerras de Andalucía, o del célebre Antar Ibn Shadad, el árabe más valeroso. Una vez, mientras evocaba los amores de Antar el negro y la bella Abla, se interrumpió para preguntar si había entre el público niños o mujeres. Unos y otras se alejaron de mala gana, con la cabeza gacha. Yo esperé unos momentos, los suficientes par dejar a salvo mi amor propio. Cien miradas reprochadoras se habían vuelto hacia mí. Incapaz de sostenerlas, me disponía a marcharme pero, con un guiño, Harún me hizo comprender que no había ni que planteárselo. Me puso una mano en el hombro, se llevó la otra a la cadera y no se movió del sitio. El narrador prosiguió sus historia. La escuchamos hasta el último beso. Y sólo después de que la muchedumbre se hubo dispersado continuamos nuestra caminata...." (Amin Maalouf, estracto de su libro "León el africano" de 1986).

Nikos Kazantzakis (1883-1957).-  La bondad de San Francisco de Asis.            
"...Francisco se levantó y se dispuso a hablar. Miró lentamente a los hermanos, uno tras otro. Sus ojos estaban llenos de inquietud, de tristeza, porque sabía qué astuta es la Tentación, qué candoroso es el corazón humano, qué dulce y todopoderoso es la carne.
-Mis hermanos-dijo-, he recibido un mensaje de Dios y debo partir por algún tiempo. Nos hemos vuelto numerosos, formamos una verdadera ordén, debemos ahora establecer una regla de vida. Parto para alojarme a los pies de la sombra de Cristo sobre la tierra para pedirle su bendición. No os desoléis. No quedaréis solos. Noche y día estaré entre vosotros, invisible; ¡Cuidado! No os olvidéis lo que hemos aprendido en nuestras santas veladas: Obediencia, Castidad, Pobreza y, sobre todo, Amor. Y como último mandamiento, os digo esto, amigos: no mendiguéis, en adelante...Que cada uno de vosotros comience a trabajar. Serviréis en el hospital, cortaréis leña en el bosque, os haréis mozos de cordel, trenzaréis cestos de mimbre, fabricaréis sandalias, segaréis, vendimiaréis, según la voluntad de Dios. Pero no olvidéis que os habéis casado con la Pobreza: ¡que nadie le sea infiel!.
Gastad cada día todo el fruto de vuestro esfuerzo, no guardéis nada, pues toda propiedad es cosa del diablo. Obediencia, Pobreza, Castidad, Amor, hijos mios. Y quienes tengan el don de hablar a las gentes, hagan la señal de la cruz y pónganse en marcha. Id de dos en dos, el uno para consolar al otro. Deteneos allí donde encontréis hombres y proclamadles el Amor, el Amor perfecto, a los enemigos y a los amigos, a los ricos y a los pobres, a los malvados y a los buenos, porque todos son hijos de Dios, porque todos son nuestros hermanos. El padre Silvestre me reemplazará mientras yo esté ausente. Obedecedle. es sacerdote de Dios, celebra la misa ante el altar y transforma el vino y el pan en sangre y cuerpo de Cristo. De todos nosotros, es el que se acerca más cerca de dios. Padre Silvestre, te confío a los hermanos, velo por ellos. Si una oveja cae enferma, la culpa es en parte del pastor. ¡Cuidalas entoncés!
   Abrió los brazos y abrazó a los hermanos, uno por uno.
   -Hasta luego, mis hermanos. Me llevo al hermano León, esta otra oveja de Dios. Hay claro de luna esta noche, el camino que lleva a Roma está blanco de luz. Haz la señal de la cruz, hermano León, y partamos....
   El viaje duró muchos días y muchas noches. Si no hubiéramos cantado durante el camino, si no hubiéramos hablado de Dios, si no hubierámos sentido a Cristo que caminaba delante de nosotros, volviéndose de cuando en cuando para sonreírnos, creo que no habríamos podido soportar tanta fatiga, tanta hambre, tanto frío.
   Hambrientos, entrábamos en todas las aldeas y llamábamos a las puertas para pedir limosna. Algunos nos daban un bocado de pan. Otros nos ponían una piedra o una rata muerta en el hueco de la mano y reían. Y nosotros nos marchábamos, bendiciendo a quienes nos habían expulsado.
   Era la primavera. Los árboles empezaban a florecer, nacían las primeras uvas y las primeras hojas tiernas de las higueras se abrían.
   -Así será el juicio final- me dijo Francisco-. Los muertos saldrán a la luz como gérmenes......"
(Nikos Kazantzakis, extracto de su libro "El pobre de Asís", escrito en 1953)

Este es un pretencioso Manual de Autosuficiencia Ética, que está compuesto en diferentes partes, formado a base de fragmentos breves recogidos con la intención de fomentar su lectura, de facilitar el pensamiento y el desarrollo personal. Recordando, exponiendo y respetando, los interesantes ideales de diferentes personalidades de la historia, donde se abarcan conceptos diversos como los: sociales, filosóficos, políticos, literarios, artísticos, ficción y etc..., todavia muy válidos para la actualidad. 
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