Archivo del blog

8 oct 2021

Cry Macho-film de Eastwood


 "Clint Eastwood es uno de esos personajes famosos que demuestran que sienten y que llevan su profesión en la médula. Pese a su edad madura, sigue exprimiendo su oficio hasta el último momento. Estos artistas,  como esos otros profesionales, siguen mostrando al público, a través del medio que dominan, todas las cualidades, detalles y experiencias que cualquier habitante del mundo pueda tener. Este simple melodrama de -Cry Macho-, es una tanta de ellas, donde una peculiaridad mundanal, un suceso, puede convertirse en una gran aventura, pues cada ser podíamos escribir el guión de nuestra vida, y él lo convertiría en un interesante y quizás en un melancólico film.

   Los protagonistas de esta película, son varios. En ella, Eastwood es el conductor y el enlace de esos personajes que a continuación se hacen principales en la historia. Un relato que en el transcurso de la proyección se nos va haciendo familiar.

   Mike Milo (que protagoniza Eastwood), es un viejo cowboy que ya está en la última etapa de su vida. Además, y como sería lo normal, el suceso de un accidente que se menciona, donde falleció su mujer e hijo, le dejó abatido. Esto lo convirtió en un nostálgico solitario que le hizo depender del alcohol, dejando en el recuerdo de algunos, su gran popularidad y personaje de antaño, como un experto vaquero y famoso en rodeos de caballos, tal y como nos muestra unas imágenes, a través de unas extensas fotografías y biografías que tiene enmarcadas en su casa.

   M. Milo es visitado por un amigo y patrón, que le recuerda que él ya no sirve para mucha cosa, y que le requiere para pedirle un gran favor. Siente que se lo debe porque le dió una oportunidad cuando estaba vencido y cuando nadie apostaba por él, dándole un trabajo y ayudándole a salir de su abatimiento por la perdida de sus seres queridos. El patrón le solicita en cumplimiento a ese encargo, que vaya a Méjico a buscar a su hijo fruto de una noche amorosa, y que no ve desde que era pequeño.

   M.Milo, que hasta cierto sentido, se siente obligado a devolver el favor. Decide ir a Méjico en su búsqueda, con escasos detalles para localizar ahora a un adolescente llamado Rafo.

   El primer contacto lo tiene en una especie de lujosa mansión, donde la madre hizo prosperar el negocio que regenta y preside el lugar, a lo que parece un prostíbulo de lujo y un casino. Se introduce a escondidas para localizar al jóven, pero es detectado rápidamente por los guardaespaldas de una bella patrona de fuerte carácter. En el interrogatorio, la mujer le dice que no es el primer individuo que manda su marido en busca de su hijo. Le menciona que los demás fracasaron en el intento, y que a pesar de que su hijo es un chico de mala vida, y un jugador de apuestas de peleas de gallos, le recomienda que abandone su misión y regrese a Texas con las manos vacías como respuesta. De lo contrario, tendrá consecuencias.

   A pesar de todo, continua su búsqueda, pero esta vez en los suburbios de la ciudad, concretamente en los lugares  donde existen las famosas apuestas y peleas de gallos. Allí es donde encuentra a Rafo.

   Tras un conflictivo contacto, trata de convencerlo para que lo acompañe a Texas al encuentro con su padre, hablándole de lo importante que es, del grandioso rancho que posee, de sus caballos y propiedades que tiene.

   El muchacho es atraído por esos bienes, y porque quiere cambiar su mundo de vicio y de apuestas por otro mejor, y no quiere perder esa oportunidad que se le presenta.

   Tras unos avatares, se dirigen ambos por la carretera dirección regreso a Texas. Pero por el camino son interceptados varias veces por la policía corrupta, a la que se supone que es comprada por su madre.

   En sus descansos por el camino de paisajes casi desérticos, también son localizados por un guardaespaldas de su madre, donde milagrosamente se escurren con alguna violencia. Posteriormente, en esa huida, y en otro descanso, su coche es robado sorprendentemente en la misma carretera. Ello les obliga a continuar a pié, hasta el pueblo más cercano. Una vez allí, no saben cómo continuar su huida, y el muchacho roba un viejo auto para proseguir la marcha.

   Aquí hay que mencionar que, en todo el trayecto de la huida, son acompañados por el gallo de pelea que el muchacho no quiso abandonar. El gallo se nos indica varias veces en el film, que no es un gallo cualquiera; que es un macho y tiene el nombre de Macho (de ahí se supone que proviene el título de la película), por el fuerte temperamento y sentido de superioridad que tiene y su nobleza. El gallo tiene una importancia en el film, ya que podría representar simbólicamente a el valor, la lucha y el orgullo, con el que el chico se siente identificado. Donde aparece en los comentarios de los protagonistas, y dónde queda reflejado que el machismo ya es agua pasada, y que es una terminología que en Texas, ya está desfasado y de mal visto si lo nombras o empleas.

   El gallo tiene varias interpretaciones importantes, donde incluso el animal demuestra su inteligencia, porque les avisa de varios peligros, e incluso ataca al guardaespaldas, etc.. librándolos de otros problemas mayores y ayudando a progresar en el rumbo de la historia.

   Continuando en la huida, tienen que detenerse debido a un fuerte aguacero, en un poblado alejado  de la civilización. Y allí pasan la noche donde duermen en una pequeña iglesia amparada por una virgen. Ambos, en este descanso, mantienen una breve conversación sobre la religión y la existencia. Es casi el único y pequeño diálogo profundo que contiene la filmación.

   Al día siguiente, entran en una taberna para desayunar. Es un local vacío sin clientes que lo dirige una sencilla y atractiva mujer llamada Marta, viuda y mejicana que tiene varias hijas. Entre ellas hay una pequeña que es muda con la que Milo se comunica bien. El gallo sigue presente con ellos formando parte del ambiente. Quieren continuar su camino, pero a través de la ventana observan que son buscados por la policía. Entonces consideran que es recomendable permanecer en ese lugar unos días (que se convierten en algunas semanas), hasta que la persecución se relaje. En esa estancia, crece con Marta y sus hijas un romanticismo que es muy bien transmitido en el film. Esta familiaridad (y no precisamente con la que se nace, sino con la que se hace), nos recuerda a otra que mantuvo en -Gran Torino- con sus vecinos chinos, y la que igualmente aparece otro muchacho como sucesor. También posteriormente en -La Mula-, la familia tiene su importancia.

   La familia parece un fundamento significante en los últimos films, porque aparecen en su transfondo dramático, a la que Eastwood hace hincapié, como si fuera el cimiento de cualquier historia y de la vida. Nos da a entender que la soledad, incluso la de los errantes, no es una exclusiva ni un fin, y que también tienen la posibilidad de encontrar su espacio social.

   Tanto el muchacho como Milo tienen ciertos progresos, donde ya asemejan cómo un padre y un hijo, donde ambos así parecen corresponderse.

   Tratan de ayudar al poblado con algunas labores como la de domar caballos y de veterinaria, porque la gente acude debido a un pequeño suceso, a que le curen sus mascotas. Lo ven como un sanador (aquí se refleja un amor y respeto hacia los animales, ya que todos son tratados con cariño).

   Prosigue el film con momentos de romance, de ambiente familiar y de seguridad, en el que parece que todos lo necesitan, y muy a pesar de que ambos tienen que seguir el trayecto de regreso. La casera Marta, a pesar de su papel secundario, es un papel imprescindible, como lo es el gallo; son interpretaciones decisivas. Marta marca unas pautas y unas determinaciones importantes. Tanto ella como su antagónica madre del muchacho, son las que representan, las que llevan una responsabilidad, y las que necesitan la unión.

   Sin hacer detalles minuciosos, este western moderno termina con un bolero, con la canción  -Sabor a tí-. Nuestro director y protagonista, hace un acercamiento, una vez más, a la diversidad, al extraño (como en Gran Torino y sus chinos, y éste en Méjico), y al que vemos siempre ahora como  personas migrantes. Hace un asomo esta vez al exterior, al sur. Allí  quiere reencontrarse con una vida que no deja de ser fácil pero que en la que también se puede vivir.

   En este film, su director arrincona el mito de un personaje duro que estaba por encima de cualquier ley; el papel que siempre le representó. Ya en -Sin Perdón-, nos indicó que el héroe, era un ser decadente, duro y con remordimientos que quiere terminar su vida siendo justo y moral. Son señales que en sus últimas películas reflejó; que el heroísmo no complementa al ser ni debe ser una finalidad. Consejos que sólo la vejez puede dar".

Protagonistas: Clint Eastwood, Eduardo Minett, Dwight Yoakam, Natalia Través, Fernanda Urrejola. Director: Eastwood. Producción: Malpaso. Guión: Nick Schenk, Richard Nash. Foto: Ben Davis. Música: Mark Mancina. Basada en la novela de: Richard Nash. Duración de 104 minutos. Color. 2021.

     *****