"La gratitud, como en otras tantas actitudes, cuenta con infinitas maneras de expresión"
Ilustración de Laurie Lipton |
Me dio que pensar ese hecho muy habitual de ver en diversas películas, a protagonistas que agradecen a Dios y bendecir la mesa antes de comer. El acto en si, es un acto de oración de costumbre religiosa. Se supone que ante la dificultad y escasez de alimentos, se da las gracias a la divinidad por sus alimentos. Alimentos que antes de ser consumidos son trabajados por el ser humano con sus adversidades laborales y climáticas del momento. La fe cristiana es una de ellas la que impuso está costumbre. No está mal el agradecer la labor de una buena cocina y la de apreciar la elaboración de unos suculentos alimentos. La cocina es el lugar más selecto de una casa. Es un espacio donde se pone los cinco sentidos. Todo se hace comestible allí donde se encuentre un buen/a cocinero/ra. Nuestra subsistencia depende de todos esos alimentos, y además, si tiene un excelente sabor, mucho mejor. Todo parece por suerte que todo se puede condimentar. La madre naturaleza nos ha previsto de una riqueza enorme de toda clase de alimentos básicos allí donde los haya. Por suerte la naturaleza de cada país, provee sus alimentos que componen una enorme diversidad en cultura culinaria en la que hoy en día, la modernidad la exporta. Cada día, no falta en los programas de difusión, consejos con excelentes recetas variadas y económicas. Mucha de nuestra alimentación se basa en productos cárnicos, donde incluso no es muy recomendable para la salud, un excesivo abuso. De momento no nos faltan las numerosas granjas de animales. Pero para una extensa población, se sacrifican cada día, millones de animales de los cuales también tienen derecho a la vida y que deben ser bien tratados, cuyo destino terminan formando parte de nuestros platos culinarios. Pero no es así en todas partes del mundo. Desgraciadamente, todavía en la actualidad, hay ciertos países del mundo que sufren insuficiencia alimentaria. Otras poblaciones depende mucho de sus productos esenciales donde los cereales; el trigo, el arroz o el maíz, son los principales elementos básicos de su alimentación. Y otros pueblos, debido a su situación geográfica, sufren eternas sequías en que es imposible plantar ni un árbol. La de otros, que en algunos casos, mucha de su alimentación tienen que recurrir y alejarse por depender de la pesca.
En los países modernos, no suele escasear los alimentos, donde podemos encontrar una variedad enorme de preferencias y gustos para satisfacer nuestro estómago. No se trata de rezar antes de comer, sino, la de valorar la facilidad de conseguir estos alimentos, a parte de que sean asequibles por sus precios o no, y la pertenencia de los productos y la labor de una cocina. El acto de poder comer, es tan imprescindible como lo es el de tener agua, sol, aire, etc..., ha de ser tomado con gratitud. Como el mero hecho de estar vivo. Una cualidad humana que se debería de tener más en cuenta y la de ser afortunados en poder valorar la vida simple porque también tiene sus encantos. Son ciertas cosas que parecen invisibles pero esenciales.
La facilidad en obtener muchas cosas, nos olvida la procedencia y el trabajo humano que ha hecho posible que esté al alcance de nuestras posibilidades.
Ante la escasez de algunos, está el derroche de otros. Y existe muchos ejemplos de ello. Hay que evitar en la mayoría posible, el derroche de los alimentos, evitar malos transportes y evitar mala manipulación. Antes de que llegue su caducidad, abaratar su precio en aquellos comercios. Como también la de comer todo aquello que se nos pone en el plato sea en casa o restaurante.
Frase de Nicolás Sébastien Roch Chamfort |
Aquel que vive en la escasez, es capaz de valorar y de agradecer un simple bocado, unos medicamentos o como la de cualquier otro objeto. Mientras el satisfecho permanece en la comodidad de su lugar sin apreciar ni valorar cualquier significancia porque la vida le es fácil, puede tenerlo al alcance de su mano, y puede permitirse una opulencia y un derroche.
Como uno termina comentando más cosas de lo que se pretendía explicar, todo este comentario me ha hecho recordar las palabras de un viejo amigo ya fallecido. En una conversación me dijo:- debería entenderse por bienestar, en lo que simplemente consiste en tener un grifo en tu casa que te procure agua. Una cómoda cama donde dormir. La facilidad de tener el plato de comida. Un ascensor que te acerque a tu puerta. La del transporte público que te desplace a los lugares. Y tener una atención médica para cuando tu salud lo necesite. No hay nada más agradecido que todo esto...-. Como se puede comprobar, existe a nuestro alrededor numerosos detalles que nos facilitan una buena vida, y sin embargo, por su costumbre, pasan desapercibidos.
No hace falta rezar. Pero esas imágenes de oración, pueden servir como reflexión del esfuerzo y la procedencia de lo básico. Nos olvidamos del trabajo que causa y del dinero que vale, en conseguir los principales alimentos, la de ser afortunados por la preocupación en esas hostelerías, en esos comedores sociales que dan alimentación, las recogidas en campañas por esas ONGs que dan esa ayuda a los más necesitados, y la de nuestras madres, padres y mujeres, en ese esfuerzo y la labor amorosa que tienen cada día, dentro de nuestros horarios, el poner nuestro plato de comida en la mesa.
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