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4 mar 2023

El terror de las grandes bombas.

"La historia del mundo es la suma de aquello que hubiera sido evitable" (Bertrand Russell)

"Necesitamos nuevas formas de pensamiento para resolver los problemas creados por las antiguas formas de pensamiento" (Albert Einstein)

   Eduardo Haro Tecglen consiguió el premio Ensayo Mundo en su V edición en el año 1974 con su libro - Sociedad y Terror-. Repasando su ensayo, se puede comprobar que todavía esas preocupaciones que menciona en ese momento, se mantienen en la actualidad, y más con la guerras existentes en diversas partes del globo. Después de una guerra en el centro de Europa como fue la de los Balcanes (1991-2001), actualmente se vive otro enfrentamiento entre Rusia y Ucrania, en la que existe un gran peligro por amenaza nuclear por parte de Rusia. Es muy triste que desde todos los tiempos y civilizaciones, la violencia y la guerra siempre han estado presentes.

   La historia que cuenta Tecglen, nos puede hacer recordar y más en ciertos momentos, lo que podía volver a suceder. Pero su comentario se refiere a la atómica. Si en su lugar fuese la nuclear, su peligro sería tremendamente mayor. Suponiendo que posteriormente existiera vida, esta ya no sería la misma. Nuestra normalidad habitual estaría ya truncada. El que todos los países estén armados no asegura que sean una forma disuasoria de evitar una guerra, pues llega un momento que el hombre encuentra un motivo para hacer uso de ella. Y es muy lamentable que no exista el escarmiento de un precedente tan catastrófico como el uso de las grandes bombas antes atómicas ahora nucleares. 

   En la actualidad no es muy frecuente ver en los medios de comunicación a destacados pensadores, políticos u otros, comprometidos por los grandes problemas sociales y a pacifistas. Y eso no quiere decir que no existan, pero si algo grave ocurriera, en esos medios, posteriormente no pararían de hacer sus críticas. Ya no existe aquella generación de pensadores como fue Bertrand Russell (1872-1970), un filósofo y matemático británico que además de ser un activista social y pacifista se declaró como un defensor del desarme nuclear, defendiendo los ideales humanos y la libertad de pensamiento. Ahora sencillamente, sólo está una multitud de ciudadanos que cada dos por tres, se manifiesta en - Contra de todas las guerras-.

   De una manera sencilla Tecglen hace que su ensayo sea interesante y a la vez ameno, de las cuales se exponen a continuación.

"Vivimos bajo el terror atómico. Viejos pánicos colectivos - el del año Mil, el de cometa Halley - se concretan por primera vez en algo real, es algo científico, mensurable. La superstición se funde con el conocimiento racional. Se sabe que dos potencias mundiales tienen en sus silos armas suficientes para destruir la vida sobre la Tierra, quizá para causar una catástrofe planetaria. Se sabe que otras poseen armas nucleares y continúan sus investigaciones, que otras naciones pueden tenerlas en un plazo de años. Este conocimiento nada fantástico está, sin embargo, apoyado en unos factores irracionales. Los pánicos colectivos de otros tiempos estaban referidos a posibles acontecimientos externos a la humanidad: un fin del mundo decretado por la divinidad, un choque de planetas o simplemente la caricia venenosa de la cola de un cometa podrían ser elementos frente a los cuales toda defensa sería inútil. La destrucción nuclear, en cambio, depende del hombre. El nuevo mito tiende a explicar que depende del hombre - sólo relativamente -. La bomba atómica parece tener una vida propia, un desarrollo ajeno a la voluntad de quienes la han creado. Quienes disponen de la capacidad de emplearla parecen también estar dominados por fuerzas superiores que pueden hacerles actuar en contra de sus deseos. Varios elementos concurren en la creación de este mito, cuya existencia, cuidadosamente mantenida, ha producido y está produciendo una rápida degradación de las libertades humanas....

   El poder destructivo nuclear está fuera de dudas. La primera bomba atómica de la historia, lanzada sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945 produjo en el tiempo de un relámpago 79.400 muertos. La segunda - tres días después  en Nagasaki - mató a 75.000 personas. Cada año (datos de esos momentos), mueren aún de doscientas a trescientas personas como consecuencia de las lesiones causadas por aquellas bombas y de su temida radiación.

   Lo que sigue comentando a continuación, puede considerarse de interés, pues da a entender que existe un sistema que es superior al pensamientos y a las intenciones de un hombre.

   ...Existe un testimonio importante, el de W. Churchill en sus memorias de guerra: -Seria falso suponer que la suerte del Japón fue decidida por la bomba atómica -. El profesor Blackett cree que el lanzamiento de estas dos bombas - no era el último acto militar de la II Guerra Mundial, simo el primer acto de la guerra contra Rusia-..... Según el historiador de la II Guerra Mundial  Brian Gardner, contrario a las mencionadas bombas atómicas, describe las circunstancias del bombardeo de una forma que corresponde ya perfectamente a los términos en que está hoy planteado el mito. El mensaje fatídico (la orden de bombardeo) fue obra, como muchas cosas relativas al Proyecto Manhattan (la operación atómica), no del Presidente, que solamente estaba advertido a medias, sino de algunas personas oscuras en la masa de aquellos que tenían algún papel en el proyecto... -La decisión no fue tomada por un ser humano, sino por el propio proyecto, convertido en algo tan amplio y tan costoso que nadie, si alguien hubiese tenido intención, hubiese podido impedir su propia justificación-.

   Un filósofo popular llamado Joad en un artículo en el Sunday Dispatch de Londres comentó: - Se puede alimentar la esperanza de que el miedo y el horror cumplirán lo que la sabiduría y la moral no han conseguido realizar hasta ahora: impedir las guerras-. Y en los mismos instantes, en la editorial del New York Times, al día siguiente de la explosión se escribió: - La civilización y la humanidad no podrán sobrevivir, desde ahora, si no se produce una revolución en el pensamiento político de los hombres-.

   El ensayo de Tecglen es un seguimiento en el proceso de esas bombas atómicas. La concentración de los mejores científicos del momento para su desarrollo. También comenta las opiniones de diferentes presidentes y otros, dando su apoyo favorable porque creían que aquello podía contribuir a terminar la guerra. Además Estados Unidos quería demostrar, ante la Unión Soviética incluso, de tener una potencia superior a la de cualquier otro país. Una potencia que querían demostrar y que fuese temida.

   También hubo un grupo de sabios científicos de ese proyecto que llamaron -Manhattan-  que se opusieron a que se realizara la bomba atómica en Japón, como experimento. Propusieron en cambio, que esa prueba se realizase en un desierto, ante un comité internacional, y darlo así a conocer en el mundo esa arma tan potente y forzarse una paz nipona, pero esa sugerencia no fue aceptada por el comité militar. A pesar de todo, se realiza un ensayo previo en un lugar de Nuevo Méjico llamado Alamogordo el 17 de julio de 1945 donde se alza por primera vez ese hongo destructivo. R. Oppenheimer (1904-1967), el físico nuclear americano que a menudo nombran como creador de la bomba comento:-Fue un espectáculo de tremenda emoción que nos forzó a confesarnos que la vida no sería ya nunca la misma. Un texto antiguo oriental, el Bhagavad Gita me vino de repente a la memoria diciéndome que ahora me he convertido en un compañero de la muerte, en destruir mundos. Sí, esas palabras me vinieron a la memoria instintivamente, y recuerdo también el sentimiento de compasión profunda que percibí-.

    Harry S. Trumam (1884-1972), presidente americano desde 1945 al 1953, recibió un telegrama que decía simplemente - los niños nacieron felices-. Trumam supo en ese momento que debía de cambiar su política mundial porque obtenía más fuerza.

   La primera bomba atómica que se lanzó en Hiroshima, agotaron todas las existencias de uranio. La segunda de Nagasaki, agotaron todas existencias de plutonio.

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