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intercediendo a mis palabras. Me di cuenta que tenía muchas ganas de explicarse, y mientras me conversaba, decidí no interrumpirla y permanecer en silencio . Nuestras miradas se entrecruzaban como muestra de que se estaba al tanto de la supuesta conversación. Y digo supuestamente, porque al final parecía una declaración personal. Era una señora soltera de avanzada edad que, a pesar de todo, se mantenía ágil moviendo libros de una estantería. Me dijo que desde muy pequeña se interesó por la lectura leyendo todo lo que caía en sus manos, y que desde entonces hasta la actualidad, no ha perdido esa buena adicción. A sus veinte años tuvo pretendientes muy galantes, incluso mayores que ella. Desde entonces se quedó indefinidamente sin esa media naranja, pues ninguno de ellos fue lo suficiente para ella, porque además; en todos ellos encontró una falta de nivel cultural, y un desinterés por la literatura; algo muy imprescindible para ella. Se consideraba que siempre, hasta ese mismo momento, sentirse una mujer liberal a la que nunca se encontró a gusto en la cocina; y que a pesar de la dictadura que vivió, siempre se comportó como si tuviera los mismos derechos que poseen los hombres. La revindicacion femenina de entonces, había que hacerla de otra manera, disimuladamente incluso. Y que no hay comparación con el feminismo actual, en la que ahora se sobrevalora mucho y se manifiesta por todo."
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"Había un chico que su cuerpo se parecía a la página de una revista o de un periódico. Era un exibicionista que en verano exponía su figura con mucho orgullo. Todo él era un tatuaje en movimiento. Infinidad de dibujos, de palabras sin sentido, de jerolíficos y fechas significativas; cubrían su cuello, en pecho y espalda, en sus piernas, y en sus brazos musculosos. Pocas partes de su físico quedaba libre para otro posible gráfico. Un trabajo meticuloso, en la que su tatuador, le debió de llevar años de laboriosidad. En su piel tenia esos gravados que parecían labrados en tiempos inmemoriales, donde se supone que había invertido un dineral. A momentos, cuando se notaba que era motivo de curiosidad, y como si estuviera en un pase de modelos; en pantalones cortos caminaba exhibiendo todo ese abecedario andante, donde las palabras y los gráficos parecían estar dibujados en el aire."
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