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12 abr 2022

B.F. Skinner, -La cuestión es la Conducta Humana.

 


"Lo que necesitamos es una tecnología de la conducta" (B.F. Skinner)

*-Todavía mantenemos unos viejos y graves problemas que se lleva sin solucionar desde hace mucho tiempo. La incapacidad del hombre en solucionarlo supera a la de su voluntad. El problema es superior al mismo individuo y a la vez, se hace global en todas las sociedades. Quizás los remedios para solucionarlos, consista en actos pequeños que tienen que formar parte de nuestras costumbres cotidianas y que se comprobará su logro a lo largo de los años. Eso sí no se agrava más la situación, que si fuera así, la existencia de las próximas generaciones convivirán con graves problemas.

    Esta introducción viene al caso por una libro publicado en 1971 por B.F. Skinner, titulado - Más Allá de la Libertad y la Dignidad- . Su lectura a pesar del tiempo que lleva escrito, todavía  puede conmover por su actualidad. En ella, como se ha intentado explicar en su inicio, podemos comprobar que mantenemos todavía ciertas preocupaciones y problemas  pendientes en sus soluciones. A modo de dar una suficiente idea para el lector de estas líneas, se expone a continuación una introducción de su primer apartado del mencionado libro: - Una introducción a la conducta-.

   "Al intentar resolver los problemas que nos afectan en nuestro mundo actual, espontáneamente echamos mano de aquello que somos capaces de hacer mejor. Buscamos seguridad, y nuestra seguridad es la ciencia y la tecnología. Para controlar la explosión demográfica buscamos mejores métodos de control de natalidad. Amenazados por la posibilidad de un holocausto nuclear, construimos mayores fuerzas disuasorias y sistemas misiles antibalísticos. Pretendemos terminar con el hambre en el mundo mediante nuevos alimentos y mejores métodos de cultivo. Albergamos la esperanza de que procedimientos sanitarios mejoren y una mejor medicina, neutralice la enfermedad; que sistemas de viviendas y transporte más eficaces resuelvan los problemas de los ghettos y, en fin, que seamos capaces de controlar la creciente contaminación del ambiente por medio de procedimientos más eficaces en la transformación o disminución de residuos de todo tipo. En todos estos sectores podemos comprobar adelantos muy notables, y no tiene nada de  particular que intentemos ampliarlos y extenderlos mucho más. Pero de hecho las cosas empeoran constantemente y es descorazonador comprobar que buena parte de la culpa es imputable a la tecnología misma. La higiene y los adelantos médicos agudizan el problema demográfico; la guerra ha añadido un nuevo horror a los suyos propios tras el descubrimiento de las armas nucleares; y la búsqueda masiva de felicidad y bienestar es la principal responsable de la contaminación ambiental. Como dijo Darlington, (1) -cada nueva fuente de poder para el hombre de hoy, disminuye las perspectivas del hombre del futuro. Todo su progreso, sólo ha sido posible precisamente a costa del daño causado al medio ambiente, un daño que ahora ya resulta irreparable y que no se previó cuando todavía era tiempo-.

   Si esto fue previsible o no, puede discutirse. De lo que no hay duda es de que el hombre tiene que reparar ese daño, o de lo contrario todo será perdido. Y sólo puede hacerlo reconociendo y encarando la realidad misma del problema. La sola aplicación de las ciencias físicas y biológicas no resolverá estos problemas nuestros, porque las soluciones están en otro campo. Mejores anticonceptivos, ciertamente, pueden contribuir a controlar la explosión demográfica, pero sólo en el caso de que la gente lo usé. Nuevas armas pueden neutralizar nuevos sistemas defensivos, y, a la inversa, pero el holocausto nuclear sólo se podrá evitar en el caso de que cambien radicalmente las condiciones que hasta ahora han provocado que unas naciones hagan la guerra a otras. De nada servirán nuevos métodos agrícolas y sanitarios si no se llevan a la práctica. Y el problema de la vivienda no se resuelve simplemente construyendo más edificios y ciudades, sino intentado mejorar las condiciones de vida de sus habitantes. Las aglomeraciones de población solamente pueden corregirse tratando de convencer a la gente de que no se aglomere. Y, finalmente, la contaminación ambiental, tanto terrestre como marítima y atmosférica, seguirá inevitablemente aumentando a menos que, lo que la produce concluya.

   En resumidas cuentas, debemos llevar a cabo cambios enormes por lo que a la -conducta humana- se refiere. Estos cambios no los lograremos echando mano tan sólo de la física o la biología, por mucho que lo intentemos. Además hay otros tipos de problemas: la crisis de nuestro - sistema educativo-, el desinterés y la rebeldía juvenil; ante este tipo de conflictos sí que resultan tan obviamente irrelevantes las técnicas física y biológica que nunca se le ha ocurrido a nadie aplicarlas para resolverlos. No es suficiente, como se suele decir a veces, - usar la tecnología con su conocimiento más profundo de las realidades humanas-, o bien, - acomodar la tecnología a las exigencias espirituales del hombre-, o todavía más,  - estimular a la tecnología para que haga frente a los problemas humanos-. Tales expresiones implican que allá donde la conducta humana comienza, allí termina la tecnología. Y no debemos continuar, como en el pasado, con lo que hemos aprendido por experiencia personal, o gracias a lo que sabemos a partir de esa serie de experiencia personales que llamamos historia, o de esos otros destellos de experiencia que surgen aquí y allá en la sabiduría popular y en las reglas prácticas más elementales. Durante muchos siglos esto es lo que hemos tenido a mano...y así nos luce el pelo.

   Lo que necesitamos es una tecnología de la conducta....¡Qué lejos estamos de - conocer las realidades humanas-, en el sentido en que la física y la biología conocen sus respectivas esferas! Y mucho, igualmente, es lo que nos falta para llegar a ser capaces de evitar la catástrofe hacia la que el mundo parece moverse irremisiblemente.

   Quizás se podría pensar que hace dos mil quinientos años el hombre se conocía a sí mismo tan adecuadamente como cualquier otro aspecto de su mundo. Hoy lo que menos entiende, por cierto, es precisamente a sí mismo. La física y la biología han avanzado mucho, pero no se ha producido el desarrollo paralelo equivalente, ni nada que se le parezca, por lo que una ciencia de la conducta humana se refiere. Las ciencias griegas tienen hoy día tan sólo un valor histórico y ningún científico contemporáneo se le ocurrirá buscar en Aristóteles la solución a cualquiera de sus problemas. Sin embargo, la lectura de Platón son lectura obligada a los estudiantes, y se le cita con frecuencia como si dieran luz esclarecedora para explicar la conducta humana actual. Muy probablemente Aristóteles sería incapaz de entender una sola página de cualquier tratado actual de ciencias y, en cambio, Sócrates y sus amigos tendrían muy poca dificultad en seguir cómodamente la mayoría de las discusiones contemporáneas concernientes a nuestros problemas más humanos. Y, por lo que a la tecnología se refiere, hemos llevado a cabo grandes avances en el control del mundo de la ciencia, pero nuestros procedimientos educativos, nuestros sistemas de gobierno y la economía en gran medida, aunque adaptados ocasionalmente a muy diversas circunstancias, de hecho apenas han mejorado nada.

   ...El hecho, por tanto, de que instrumentos y métodos igualmente poderosos no estén al alcance de la ciencia de la conducta humana es solo parte de la explicación del rompecabezas. ¿O acaso ha sido más fácil poner un hombre en la luna de lo que sería mejorar la educación de los centros de enseñanza? ¿O que mejorar las condiciones de vivienda y ambiente para todo el mundo? ¿O hacer posible y asequible para todos un empleo adecuado, mejorando de esta forma el nivel de vida?....."

(1)C.D. Darlington- La evolución del hombre y sociedad. Citado en la revista Science en 1970.

Burrhus Frederic Skinner (1904-1990), fue el psicólogo más controvertido de la psicología del momento. Además un filósofo social e inventor. Influyente en la ciencia de la conducta humana, - el Conductismo-, y condujo un trabajo pionero en psicología experimental. Su libro -Mas allá de la libertad y la dignidad-, fue uno de los más polémicos. Fue profesor de la Universidad de Harvard, el cual obtuvo, en 1968, el Premio Nacional de la Ciencia.

Sus otras obras son: - Walden Dos. Hacia una sociedad humana científicamente construida-. Basada en una utopía construida con los últimos adelantos científicos, especialmente en el campo de la psicología social y de unas enseñanzas programadas. Fue su única novela con extensa publicación, que tocó temas candentes como las crisis de las familias, el problema de la libertad y la viabilidad de la democracia, etc...

-Ciencia y Conducta Humana. Una psicología científica-. Contiene temas como: El análisis de la conducta, el control ambiental, autocontrol, religión, educación, etc...-

Tecnología de la Enseñanza y Análisis de la Conducta, ambos libros publicados en castellano en 1970.

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Este es un pretencioso Manual de Autosuficiencia Ética, con la intención de fomentar su lectura, de facilitar el pensamiento y el desarrollo personal. Recordando, exponiendo y respetando, los interesantes ideales de diferentes personalidades de la historia, donde se abarcan conceptos diversos como los: sociales, filosóficos, políticos, literarios, artísticos, ficción y etc..., todavía muy válidos para la actualidad. 

Porque, en sí, leer ya es un acto ético.

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