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7 ago 2018

La razón del corazón (Cuento-narración)

"El corazón tiene razones que la razón no conoce"
(Blaise Pascal- matemático, físico y filósofo, 1623-1662)

"Le habían trasplantado el corazón. Cuando despertó y abrió los ojos, se encontró con la mirada hermosa de una enfermera. Unos ojos negros que serán imposible de olvidar -pensó-. Porque aparte de esto, no recordaba nada, ni siquiera el tiempo que había permanecido así, ni el motivo, ni su nombre. Cuando pasaron los días y se puso al corriente de su enfermedad cardiaca y comenzaba a recuperarse, enseguida quería empezar su vida normal. Consciente de que en su cuerpo interno existía un motor extraño que le hacía funcionar, no notaba mucha diferencia de tener otro corazón al suyo, es más, a veces sí; existía el silencio. En otras se ponía la mano en el pecho, escuchaba los latidos y contaba sus pulsaciones. Su ritmo era normal, y la respiración normal. El nuevo corazón parecía que se adaptaba perfectamente a su cuerpo, o al revés; su cuerpo se acomodaba perfectamente al nuevo corazón.
   Fue posteriormente cuando empezó a notar ciertas divergencias en su organismo. En ocasiones parecía que entraba en debate, pues su mente le ordenaba una cosa, y su corazón le dictaba otra. Así se encontraba la mayoría de veces en multitud de ocasiones. Por ejemplo, en el día de votaciones electorales, su pensamiento le hacía enfrentarse con su nuevo órgano. A veces se le mostraba pequeños tics nerviosos que le empezaron a preocupar a su mujer. Entonces ponía la mano en el nuevo corazón y se excusaba diciendo que necesitaba un descansito, pero realmente, esa excusa era para poner en orden sus ideas y sentimientos y tomar una decisión. Así, iba notándose en sus hábitos cotidianos con este dilema, que poco a poco, notaba que le era complicado de solucionar, pero que a la vez, se le hacía ya como una costumbre, el debatir y el de plantear nuevos principios.
   Se preguntaba muchas veces por la procedencia de su nuevo huésped, pero incluso en ciertas preguntas el corazón le respondía con unas fuertes sacudidas que le impedían momentáneamente respirar.
   Otras veces se sentía obligado por su nuevo inquilino a tomar ciertas decisiones y aparcar las viejas ideas de su mente, como si él pusiera unas condiciones para terminar de habitar en su cuerpo. Por mucho que intentara esa reconciliación, no encontraba la manera. Era como si habitará un ser extraño en ciertas circunstancias.
Poco a poco, su vida se iba modificando. De repente aparecían cosas a las que apreciar a lo que antes le eran indiferentes. Su personalidad se transformaba sin apenas darse cuenta, y el tiempo, una vez más, hizo un cambio, logrando que fuera otra persona dirigida por los sentimientos del corazón.
   Nunca había sentido la necesidad de disfrutar de los paseos nocturnos y de apreciar la luna. Y nunca se sintió tan necesitado de que unas gotas de lluvia bañara su cuerpo. Y que la música, la literatura y el arte, ahora le eran de gran importancia. Sus preferencias y aptitudes diarias habían cambiado. Realmente era como si fuera otra persona, o más bien, como si otra habitara dentro de él. Y aunque pensaba que ya lo tenia todo conocido, siempre se encontraba sorprendido con alguna novedad. Incluso notaba que su mujer le amaba más. Para sus familiares y amigos, se había convertido, casi por decirlo, de la noche a la mañana, en otra persona. Como si el lado bueno de un mister Hyde se hubiera apoderado de su antigua personalidad."