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23 ago 2013

El hombre que reía demasiado. (Microrelato)

"Las actitudes, los gestos y los movimientos del cuerpo humano mueven a risa, en la medida exacta en que dicho cuerpo nos da la idea de un simple mecanismo" (Enrique Bergson)
"La risa es la solución de muchos males" 

 
"Como si hubiera tenido esa cualidad desde el nacimiento. Una facultad que le había otorgado la naturaleza. Desde que era un bebé ya hacía reír, era un graciosillo, un pequeño simpático. En la niñez siguió igual, hacia reír con sus pequeñas tonterías típicas de un niño que tenía imaginación. A medida que se iba haciendo adolescente, de la misma manera,
seguía siendo el más simpático y chistoso de la clase y del circulo de amistades. Pero a medida que pasaba el tiempo y se iba haciendo más adulto, el problema de la risa, por así decirlo, se iba creciendo. Casi todo lo que decía y de lo que hacía era acompañado de una risa. Una risa cómica y persistente. Nunca parecía que había una seriedad en los comentarios y en sus palabras. O más bien, le era inevitable el humor, y en las cosas serias e importantes siempre le acompañaba ese gesto, como si no existiera nada importante para impedírselo. Como si todas las cosas de este mundo tuviera su lado humorístico. ¡Oh - decía- que buena señal de salud sería si la humanidad gozara del sentido del humor!. Había momentos que su caricatura pudiera ser insoportable, y en ciertas ocasiones esto le provocaba el rechazo de la gente. Muchas veces esos rechazos eran acompañados de insultos hacia él.
   Otras veces su risa era contagiosa, y nunca le faltaron personas que le rodearan, que siempre estaban dispuestos o necesitaban reír. En todo a su alrededor y fuera a donde fuera, siempre estaba consigo esa dichosa risa y ese humor tan peculiar que siempre conseguía alegrar a toda la gente.
   Incluso cuando estaba en silencio, o cuando dormía, permanecía en la comisura de sus labios esa forma cómica.
   En su barrio era muy popularmente conocido. Continuamente le saludaban la gente cuando pisaba el suelo de la calle. Era imposible permanecer con él, porque además de partirte el pecho de risa, nunca llegabas a terminar aquello que te habías propuesto.
    Como siempre existe la intolerancia y la incomprensión en todo los actos, que motivó un suceso. Una última vez, en un circulo que no era muy conocido, su risa y humor provocó un mal entendido que hizo que un grupo de personas le dieran una enorme paliza. Le estaban propiciando patadas y puñetazos, y él, con el inmenso dolor que sufría, seguía riendo.
   Los adversarios veían como si no tuviera ya un suficiente escarmiento, seguían dándole golpes en todo su cuerpo, sin dejar una parte golpeada. Y aun así, permanecía esa risa en la comisura de sus labios sangrantes y rotos. Dejaron de maltratarle por cansancio y por vergüenza de las miradas ajenas.
   Alguien llamó a alguna autoridad y apareció al rato una ambulancia que lo recogió y lo transportó al hospital más cercano. Estaba totalmente magullado y permanecía en sus labios partidos esa comisura cómica.Su cuerpo había sido maltratado y comenzaba sangrar por diferentes partes.
Ingresó urgentemente y directamente a cuidados intensivos. Las patadas le habían reventado por dentro, y no tardó más de dos horas en morir, sin poder hacer nada desgraciadamente por él.
   Su cadáver estaba expuesto en la caja fúnebre. Fue un funeral muy popular, cientos de personas le dieron su último adiós. Algunos salían riendo, porque en la comisura de sus labios aun permanecía aquella risa contagiosa. Era lo único de su cuerpo que lo hacia reconocible.
   Lo enterraron en el cementerio más próximo. Sus admiradores y conocidos nunca lo dejaron de visitar. Incluso hicieron una recolecta para una lápida con un epitafio que decía: "Aquí yace la única persona que supo tomarse la vida y sus desgracias con humor. Ahora descansa y rie en un Nuevo Mundo".
   Dicen algunas lenguas, que si lo visitas, sales con una risa y con buen humor. Para muchos un santo con un poder curativo. Quizás el pionero de La risoterápia".
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