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3 dic 2021

Lamb - film de Valdemar Jóhannsson

 "...y siempre los hombres han creído que lo que parecía ser más precioso, era también lo más verdadero y real" (Nietzsche)


"El film trascurre en la convivencia de un matrimonio de granjeros en Islandia, donde viven en plena montaña apartados de la civilización. A pesar de ello, no carecen de comodidades. A parte de su agricultura en un terreno semi árido por las extremas temperaturas del frío, se cuidan del cuidado de una manada de ganado, concretamente de una clase de carneros. Su vida es lo más rural posible, donde aparentemente, gozan ambos de una relación silenciosa y apacible aunque distanciados, porque existe un trauma oculto y no explicado, que hay que suponer y extraer en los pequeños detalles narrativos. Una relación de pareja con quehaceres independientes que parecen entenderse casi sin mantener comentarios. En sí, el film es casi silencioso. Cada día sus labores consiste en labrar y sembrar el campo esas tierras con un tractor y alimentar el ganado. 

   Unas ovejas van a tener sus crías, y el matrimonio (compuesto por María y Angvar), acuden en ayuda para facilitar los partos. Hasta ese momento es una actividad rural normal. La extrañeza llega, cuando una de ellas da cría a un híbrido (un cuerpo humanoide de niña y cabeza de oveja). Este nacimiento no parece sorprender asombrosamente al matrimonio, donde se miran sin decir palabra. Es un ser que es bienvenido a pesar de todo y que puede dar un giro a sus vidas, y que la naturaleza animal ha ofrecido. Como es mitad humana y mitad animal, la pareja se la lleva a su casa adjunta al establo, donde la cuidan y la alimentan como si fuera una hija de lo más común; incluso duerme con ellos en una cuna en su habitación. 

   El tiempo transcurre y el crecimiento del híbrido es de lo más normal; no le faltan cariños ni palabras amables. Su cuidado es excepcional.

   Aparentemente, la aparición de este ser, para el matrimonio, es una bendición, donde la hija adoptiva, aunque es diferente en su apariencia física, hace de ellos recuperar una relación más participativa en ambos, que parece perdida por la muerte de su hija biológica llamada Ada. Por cubrir ese vacío, el nuevo ser les llena ese espacio herido, y consigue que el matrimonio esté más unido. Son secuencias que el espectador irá concluyendo en el progreso del film. Por supuesto, a este nuevo ser, también le habían puesto el nombre de Ada, como suplantando así, el hueco que les dejó su hija.

   La madre biológica (la oveja), no para de insistir y de berrear en la puerta de la vivienda, reclamando lo que es suyo:  su hija.

   Una mañana, unos berridos reivindicativos despiertan preocupadamente a María. Ella se levanta de la cama dirigiéndose al almacén y toma un rifle donde termina dando muerte al bovino. Posteriormente la arrastra hasta una planicie y la entierra. Cuando regresa a casa, no comenta nada a su marido; como un hecho al que no hay que darle importancia  y que hay que mantener en secreto.

   Este suceso es visto por un sujeto que está escondido, al que llega a su hogar y que representa que es hermano de su marido llamado Petur. Un hombre que no es mala persona pero que, por deudas o por otro motivo no explicado, se presenta para pasar unos días.

   Evidentemente, es bien recibido en la familia, dónde él sí es sorprendendido por el híbrido que encuentra, buscándose y preguntándose interiormente una explicación, donde en unos comentarios posteriores, intenta tener una respuesta a esta aparición semi humana. Lo cual su hermano Ingvar, le comenta, que se puede quedar todo el tiempo que quiera; pero que no rompa la felicidad del hogar 

   El visitante no parece aceptar muy bien esa diferencia humanoide. Comprende que está en un ambiente fuera de lo común, donde comprueba y trata de dar a entender, que tanto él como su mujer, está viviendo una relación feliz pero a la vez, sobrenatural.

   Petur quiere despertarles de ese sueño viviente y de esa convivencia aparentemente perfecta pero antinatural. Una  mañana parece encontrar el remedio a esa fantasía, y decide despertar tempranamente a la niña y se la lleva para matarla con el rifle, tal y como hizo María a su madre. Pero ese intento no llega a cometerlo por la empatización y la mirada inocente del híbrido que se lo impide.

   Este acto fallido le reconcilia con la niña, y parece aceptarla como un miembro más de la familia, haciéndose íntimos amigos donde comparten paseos al campo, y salidas de pesca, y trabajos con el tractor, etc.. 

   Un día, hacen una celebración mientras miran un acontecimiento deportivo por TV, mientras su equipo pierde el partido. En su retransmisión y mientras se divierten después, ponen un vídeo donde existe una grabación de  una fase de juventud de Petur como cantante. Recordando se ponen a bailar. Ada siente que está fuera de ambiente, y observa un cuadro que preside la habitación de un rebaño de ovejas. Eso le motiva a salir de la casa para dirigirse al establo. Cuando está afuera, el perro de la familia ladra a algo extraño que no se ve en pantalla. Este suceso hace que Ada se contemple en un espejo que hay en el almacén, donde reflexiona que ella no pertenece realmente a esa familia a pesar de que no le falta cariño y aprecio.

   Mientras están en el interior todavía celebrando alegramente, Ingvar ha bebido demasiado, y decide acostarse para despejarse del mareo causado por el consumo del alcohol, y se duerme. Ada, ante la incertidumbre que ha tenido, recurre al regazo de Ingvar y termina recogida en sus brazos, dormida también.

   En este preámbulo de descanso y mientras están en la cocina María y Petur, mantienen un corto diálogo, donde Petur pretende tener una relación amorosa con ella, y como si algo en el pasado les hubiera relacionado, donde para que acepte, le chantajea diciéndole que vio como mataba a la madre de la niña. María, parece que accede a esa pretensión mientras se acercan a una habitación, donde ella lo engaña cuando él entra primero y lo encierra con llave. 

    Eso le ha llevado a determinar la decisión de despertarlo temprano al día siguiente diciéndole que le acompañe en coche. Le obliga a entender en silencio, que se tiene que marchar dejándole que le recoga el autobús rural, donde amablemente y comprensiblemente se despiden. Eso vuelve a repetirse, que algo anteriormente sucedió entre ellos.

   Mientras ha ocurrido esto, Angvar se ha despertado, y comprueba que se ha quedado sólo con la niña, y unas imágenes nos acompañan con Angvar y Ada en un camino, donde le está explicando a la niña, la orientación y el regreso a casa, mientras van al encuentro del tractor averiado.

   Cuando María regresa a casa, y comprueba que no hay nadie, ni se explica el motivo de esa ausencia, parte asustada como si intuyera una precognición, corriendo en sus búsquedas.

   Mientras Angvar y la niña se dirigen al tractor, aparece sorprendentemente, un fantástico y enorme minotauro que parece esperarlo y que termina disparando y matándole con dos tiros con el mismo rifle que uso María. La aparición de este inesperado ser imaginario, es para recuperar a su hija, reclamandola como le pertenece como padre, llevándosela al infinito de la montaña.

   Cuando María al fin lo encuentra, queda perpleja de lo inexplicablemente sucedido. Parece que despierte de un bonito sueño que trágicamente llegó a su fin, encontrándose con otra realidad.

   Son las últimas secuencias del film, donde María, mira al infinito, en un porvenir desolador y desierto. En una soledad que  a la vez parece compartir con el espectador, mirándonos a la vez, buscando un entendimiento y una compresión. Una mirada  inquieta y de preocupación, de la cuál nos hace sentir cómplices".

   Un film que más bien es atmosférico, donde el seguimiento de sus imágenes dicen más que las palabras. Y atmosférico en sí, porque introduce muy bien al espectador en esa circunstancia rural, envuelto en ese clima nebuloso y frío y en esa soledad familiar con preocupaciones reales y cotidianas. Por unas miradas imponentes de corderos que causan respeto en un ambiente austero, y por ciertas pesadillas que sufren sus personajes, no es suficiente para clasificarlo como parte del género de terror; pero sí, en el género fantástico. Y fantástico porque hay introducida en esa vida normal, un ser diferente y nuevo que más bien es comprensible en un cuento o en una fábula mitológica. Pero, ¿que ocurre si algo ficcionario es introducido en nuestra realidad? ¿Cómo reaccionaríamos ante lo inexplicable?. Quizás sea una pregunta más, que su director nos puede hacer plantear entre otras que podemos encontrar en el film. La perdida que se ha hecho silenciosa de una hija anterior, que se recupera en esa nueva maternidad, incluso con los debidos cariños que le daríamos a un hijo de verdad. Es asombroso, lo que el aislamiento, el silencio y la soledad puede comprender y atender. No se sabe si seríamos capaz de encontrarnos en esas condiciones y reemplazar un ser querido por otro de diferente naturaleza. En este film, hay dos clases de maternidad que reclaman lo suyo: la madre personificada en humana, y la madre naturaleza, personificada en ese ser de hombre cabra, que aparece finalmente para recuperar lo que es suyo en forma de venganza. Las dos necesitan a ese progenitor para continuar su porvenir y su desarrollo, donde evidentemente, es la más poderosa, la madre naturaleza, que es la regidora del mundo. Un film que refleja las buenas intenciones en el intento de integrar un ser con unas características fuera de lo corriente, en un ambiente familiar ajeno a su especie.

   También es una especie de thriller en la categoría de drama psicológico, pues es el espectador  el que va sacando el hilo conductor sin mucha dificultad (aunque quizás a algunos les cueste atar algunas conclusiones), pues en el film pocas cosas son explicadas, y es así donde nos mantiene un poco intrigados, en cómo transcurrirá su historia.

   Es una película que tardó diez años en realizarse. Innovadora, atrevida e inquietante y quizás incomoda. Rompedora con lo habitual, pero no tan agresiva como otra antagónica y contemporánea y en otro film de Julia Ducournau  -Titane -, que da la coincidencia o la casualidad, donde también nos sorprende al final con otro híbrido, como una augura de futuro.

   Ambos finales son turbadores, algo imaginario e inesperado que rompe lo establecido. Porque al fin y al cabo, a veces lo imaginario, lo menos increíble, es lo que acaba dando la sorpresa y lo que determina y da un giro a nuestra vida.

   Una clase de film que se merece un digno debate con un café, donde podríamos comprobar las diferentes percepciones de cada espectador. 

   ~Hay una figura en la mitología griega, un Dios de los pastores y los rebaños, de la naturaleza y los animales salvajes, llamado Pan. Es el dios del instinto animal. Medio hombre y medio macho cabrio, tiene el rostro alargado y todo arrugado, los ojos brillantes de lubricidad y lleva dos cuernos sobre el cráneo. La parte inferior de su cuerpo es la de un macho cabrio; sus pies están provistos de una pezuña rajada. Velludo y barbudo, tiene algo de bestia. Es hijo de Hermes y de la hija Driope. Cuando los ve, su madre se avergüenza de haber engendrado semejante monstruo, pero su padre lo envuelve enseguida en una piel de liebre, lo lleva al Olimpo y lo instala junto a Zeus. Al ver esa enormidad, los dioses se desternillan de risa. 

   Pan es el dios de las zonas pastorales. Vive en la naturaleza salvaje hecha de descampados... Allí se encuentra a menudo con los pastores y sus rebaños. Tiene debilidad por ellos. Forma parte de su familia. Se les parece, los vigila de lejos, los guía, los protege .... Ése es su mundo, su pueblo. Todos son un poco sus súbditos... Es el dios de lo inexplicable. Los romanos lo han identificado con Fauno y con Silvano, el dios de los boscajes.~  (Fragmento extraído del libro de - Las Grandes Figuras Mitologícas - de Fernand Comte)

   Lamb (cordero) - película islandesa dramática y fantástica del año 2021 de 106 minutos a color. Estrenada en el Festival de Cannes con su productora y distribuidora de la compañía A24. Ganadora en en la 54 Edición del Festival de Sitges. Nominada en las categorías de Un Certain Regard y Golden Camera.

 Ópera Prima dirigida por: Valdimar Johansson. Guión: Valdimar & Sjón Sigurdsson. Interpretada por: Noomi Rapace (María) - conocida popularmente por su interpretación en la adaptación de la trilogía de las novelas del escritor y periodista sueco Stieg Larsson (1954-2004)-. Hilmir Snær Haraldsson (Ingvar), Björn Hlyur (Petur). Ester Bibi  Fotografía de: Eli Arenson.

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