Yo creo, que muere lentamente quien no viaja. Quién no lee. Quién no escucha música. Quién no halla el encanto en sí mismo.... Muere lentamente, quien destruye su amor propio. Quién no se deja ayudar... Muere lentamente, quien se transforma en esclavo del hábito repitiendo todos los días los mismos senderos, quien no cambia de rutina... Muere lentamente, quién no se arriesga a vestir un nuevo color o no conversa con quién desconoce... Muere lentamente, quién evita una pasión y su remolino de emociones. Muere lentamente, quien no cambia la vida cuando está insatisfecho con su trabajo o con su amor... Quién no arriesga lo seguro por lo incierto para ir tras un sueño... Quién no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos. Vive hoy. Arriesga hoy. No te dejes morir lentamente. No te olvides de ser feliz. Te lo dice un músico. Te lo dice un loco desde una colina del Guadalquivir de las estrellas.
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Se pasan la vida asustándonos con todo. Con las armas de destrucción masiva. Con la capa de ozono. Con el cambio climático. Con la sequía, con las inundaciones. Con los peligros de la droga. Con los riesgos del tabaco. De la exposición al sol y con el exceso de peso. Con las vacas locas. Con la gripe aviar. Se pasan la vida metiéndonos el miedo en el cuerpo. Asustándonos con cosas que al final..., no existen, o si existen, apenas matan ¿Porque, a cuantos por las vacas locas? ¿Cuántos por la gripe aviar? Lo que verdad mata, es el hambre del tercer mundo. La pobreza, la enfermedad, la guerra, el terrorismo y la cruzada contra el terrorismo. La desigualdad y la injusticia social. Pero ellos se pasan la vida asustándonos con el coco, como si fuéramos niños con todos los cocos, porque saben muy bien, que es más fácil gobernar una sociedad asustada, que pide policías y ejércitos para que nos defiendan de todos los enemigos que ellos fábrican o se inventan. Ellos saben que el miedo justifica y bendice la mano dura.
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Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y el que no luche por ellos, tarde o temprano, se verá rodeado de amistades falsas... Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero que perdonar, es sólo de almas grandes. Con el tiempo comprendes, que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente, la amistad jamás volverá a ser igual. Con el tiempo te darás cuenta, de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible. Con el tiempo te das cuenta, de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante. Pero desafortunadamente, sólo con el tiempo uno aprende.
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Si Cristo volviera, lo volverían a crucificar. Pero está vez en la televisión. Durante una temporada lo convertirían en un super Star en el mayor fenómeno de masas jamás visto. Luego, lo arrojarían a la basura como un clinex usado. La primera noticia de un tal Jesús de Nazaret que anda convirtiendo el agua en vino y resucitando muertos, los productores de los principales programas, se darían bofetadas por conseguirlo. Todos los presentadores querían dar el pelotazo del milenio consiguiendo que multiplicarse los panes y los peces en directo, o que en su defecto, pronunciarse el sermón de la montaña. Los endemoniados, los paralíticos, los leprosos, irían de programa en programa, contando su curación milagrosa previo pago. Todos querían escuchar a Lázaro, el amigo resucitado. Todos querían escuchar a su madre, la mujer que según opinan, seguía siendo virgen después del parto. Convertirían su apasionante vida en un culebrón televisivo. Los envidiosos inventarian una leyenda negra, pues dirían que cobraba por las entrevistas; que sus milagros eran un fraude; que se le había visto comer con publicanos; que tenía una relación con una prostituta; que andaba con maleantes y terroristas. Aparecería un Judas que lo vendería; y un Pedro que lo negaría tres veces; y un Tomás que metería los dedos en su llaga después de muerto; y un Poncio Pilato que se lavaría las manos; y un Barrabás que sin ningún mérito, sería preferido a él, por la chusma que somos todos. Una chusma veleta que volvería a decir: que lo crucificaran.
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Siempre ha habido analfabetos, pero la incultura y la ignorancia siempre se había vivido como un vergüenza. Nunca como ahora, que la gente presume de no haber leído un libro en toda su puñetera vida. De no importarle nada que pueda oler levemente a cultura o que exija una inteligencia mínimamente superior a la de un primate. Los analfabetos de hoy, son los peores, porque en la mayoría de los casos han tenido acceso a la educación. Saben leer y escribir pero no ejercen. Cada día son más, y cada día el mercado los cuida más y piensa más en ellos. La televisión cada vez se hace a su medida. Las parrillas de los distintos canales, compiten en ofrecer programas para gente que no lee, que no entiende, y que pasa de la cultura, que quiere ser distraída aunque sea con los crimenes más brutales, o con los sucios trapos de la portera. El mundo entero se crea a la medida de esta nueva mayoría. Todo es frívolo, superficial, elemental, primario para que ellos puedan entenderlo y digerirlo. Eso son la clase dominante, aunque siempre será la clase dominada precisamente por su analfabetismo y su incultura. La que pone su falta de gusto y sus morbosas reglas. Y así nos va a otro tipo de gente diferente...
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Perdemos la juventud... el día que dejamos de ser ácratas. El día que comenzamos a comprender y a disculpar al sistema. Perdemos la juventud... el día que dejamos de soñar con el paraíso en la Tierra, un paraíso para todos. El día que empezamos a llamar con desprecio utópicos a los que siguen soñando. El día que se nos despierta el sentido práctico y entramos en el juego y aceptamos las reglas. Perdemos la juventud... el día que aceptamos al ganador, y no damos un dinero por una causa perdida. Perdemos la juventud... el día que aceptamos que esto es lo que hay, que siempre ha sido así, y que no se puede hacer nada para cambiarlo.
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Jesús Quintero nació en una localidad de Huelva en agosto de 1940, y falleció por insuficiencia respiratoria en octubre de 2022 en Cádiz. Fue periodista, escritor, pensador, director, presentador y gran comunicador de radio y televisión española. Fue famosamente conocido por su programa "El Loco de la Colina". Obtuvo premios como el de Nacional de Periodismo. Su popularidad fue en ascendencia desde emisoras de radio a programas de Canal Sur, en TVE y en temporadas retrasmitía desde Argentina y Uruguay. En todos sus programas no faltaron sus metafóricas reflexiones populares; sus críticas inconformistas de un modelo de la sociedad. Todo ello, expresadas en monólogos con una mirada fija y preocupante. Existen entrevistas de algunas de sus emisiones como: "El perro verde", "Ratones Colorados", "La noche de Quintero", etc... que todavía se pueden ver en reels, con sus comentarios y con una variedad de participaciones, desde personajes marginales hasta grandes estrellas populares del momento, mencionando entre ellos a: Antonio Gala, Rocío Jurado, Soledad Bravo, Karlos Arguiñano, Alejandro Sanz, Antonio Banderas, Miguel Bosé, así como otros importantes escritores, cantantes, actores y políticos, etc.. y algunos muchos que quedaron a la espera de participar en sus programas, para ser interrogados entre humo de cigarros, con las preguntas de un periodista que poseía un don de estilo muy particular, que intimidada enseguida consiguiendo relajadamente mostrar confesiones desconocidas del invitado. Con sus preguntas serias, sinceras y pausadas, lograba conseguir una particular familiaridad de sus entrevistados, donde a intervalos, reinaba un reflexivo y popular silencio tan importante cómo sus preguntas.
Posteriormente, hacia el año 2020 presentó su proyecto para una futura -Fundacion Quintero -. Lo convirtió en un centro cultural, y para conseguirlo, donó su patrimonio documental, sus diez mil horas de programas, premios y su biblioteca particular. También, toda economía ganada en su carrera, lo invirtió en otros proyectos empresariales de difícil realización y que todos ellos, acabaron lamentablemente funcionando sólo por un corto periodo de tiempo. En el cementerio municipal de San Juan del Puerto de Huelva, en su tumba, rinde como homenaje y recuerdo, una impresionante escultura.
Sus discursos, sus guiones, se merecen, no solamente ser visualizados, sino también, se merecen ser leídos, porque precisamente, con el transcurso del tiempo, esos comentarios, esos discursos críticos o esos cabreados monólogos, son sentencias y todavía motivos actuales de reflexión.
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