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1 sept 2022

La dependencia Tecnológica

 

"Dice un cierto rumor, que en un próximo futuro, no tendrás nada y serás feliz"

Axxard collages

"Algunos medios de comunicación se creen innovadores en sus programas de divulgación donde comentan las novedades virtuales de uso común, en un futuro próximo. Programas mediáticos de composición educativa tecnológica, de rápida adaptación y consumo. Oyéndoles hablar, todo parece distraído, fabuloso, e incluso fácil para introducirnos en ese mundo supermoderno y digital que dicen no tener límites. Sin movernos de casa y de manera virtualmente perceptiva, podremos relacionarnos en forma tridimensional en 3D: cambiar la forma a los objetos, estar en los Alpes o en el Machu Pichu, explorar otros mundos e incluso viajar por el fondo del mar, etc... Dan por asentado que ese nuevo proyecto al que llaman Metaverso, generará muchos puestos de trabajo. Incluso se podrán hacer inversiones. Será como introducirse en un mundo paralelo al nuestro, pero lucido en rayos de colores y en rapidez. En fin, una serie de cosas  inimaginables. Existe muchos proyectos sorprendentes a larga vista, y prometen muchos avances entre ellos: la medicina, los transportes, en el medio ambiente, en la arquitectura, y un largo etc... Incluido la perspectiva de disminuir la pobreza mundial. Ojalá muchas de esas visiones se realicen y tengan un bien común. Aunque algunos pensadores advirtieron que cuando se pone la tecnología al servicio de los intereses financieros, es un peligro. Hay promesas que tienen la pretensión de avanzar muy rápido. Pero todavía muchas personas no han encajado la actual modernidad. Unos se resisten a lo que ven absurdo y no entienden porque ven un desatino en una dirección que va en contra de la lógica y la naturaleza de las cosas. Otros no están convencidos ni ven mejoras, incluso visionan el desampararo del ser humano a eso que llaman porvenir. No convence mucho el  ser tratado en el futuro por un robot que te dicte lo que hay que hacer. Ya existe el ejemplo de que somos atendidos por teléfono por voces robóticas que simulan la voz humana. La máquina se hizo para el uso del individuo, y no el individuo ha de estar bajo las instrucciones de una máquina que limitan los comentarios. Se trata de cuestionar lo que va más allá de una máquina que dispensa refrescos o billetes de tren. A pesar que en todos los cambios siempre ha tenido sus detractores, el futuro tiene sus fans incondicionales convencidos de que será un mundo mejor. Las nuevas generaciones, las que se afirman y crecen con ello, serán las encargadas y los responsables de que esas herramientas tengan buena utilidad. Pero en todo ese proyecto, no deja de ser esencial el contacto humano, donde a veces, este mismo, cómete el error de mostrar desesperación por ir más allá tecnológicamente. La tecnología permitirá muchas oportunidades de elección y de distracción, pero también tiene su lado perverso, porque se apodera de nuestra privacidad y crea individualidad y dependencia donde se pierde mucha libertad. Sus novedades son muy atrayentes, eso hay que decirlo; pero se hace complicado, porque avanza tan velozmente, que no hay un descanso progresivo, ni tiempo de adaptación ni medios suficientes.

   En el enunciado de estas palabras escritas en letra negrita, dice una frase que está en fase de realización y con una perspectiva a ser normalizada. Se rumorea que, -no tendremos nada y que seremos felices-. Algo puede haber de cierto en ese aspecto, porque seguramente seremos seducidos con propuestas fáciles y dulces estudiadas para caer en la tentación. Hay que constatar, que a parte de no ser dueño de nada, ni de nuestros elementos más usuales, esa felicidad no será gratuita. Todo habrá que abonarlo, como el mismo método que ahora se pagan los canales de TV privados. Un sistema similar -al del alquiler- en todos los ámbitos, se está convirtiendo en un producto en que nos convierte en clientes o en espectadores. Ya no se tendrá un coche propio, sino, será un vehículo a utilizar con cuotas según convenga. Los ahorros del banco queda en una gran incógnita. Cada vez es menor el uso del papel que hace de comprobante y justifica todos los movimientos. Todo está introducido en la red donde nuestras cuentas no están seguras de un pirateo. Y no digamos (evitando ser un mal augurero), lo que supondría un apagón mundial, donde todos esos datos informáticos se perderían. Sería muy difícil posteriormente hacer una reclamación y demostrar  tus números. Además el dinero cada vez va a menos y es menor el uso en billetes y monedas. Cada vez se hace más costumbrista su sustitución de pago con tarjetas, transferencia y otros. Unos ejemplos que ya indican la dirección que van a tomar muchas cosas.


   No está de más decir, que los útiles tecnológicos tienen un periodo corto de uso. Contienen en su programación de fábrica, una fecha de caducidad. Nuestros teléfonos y ordenadores se vuelven en un par de años obsoletos. Los programas informáticos se modernizan, como así sus chips y componentes eléctricos, y motivan un rápido envejecimiento de nuestros aparatos. Aparecen versiones nuevas que a veces no dan opción e impiden ver o recuperar tus archivos antiguos, porque ya no leen la versión anterior. También muchos formatos como la de escuchar música han cambiado varias veces. Aunque todavía los discos o Lps tiene sus aficionados, otros muchos la escuchan bajo aplicaciones musicales. Pero eso es un interesante tema de otro hablar. Sin embargo, confiados en que todo lo tenemos almacenado en poco espacio, y que además lo transportamos en un bolso y bolsillo, no se le da valor por ejemplo, a los libros ni fotografías en papel; unos objetos que son longevos durante años. Con esto se quiere decir, que formamos parte de una era de distracción capitalista. El tema tecnológico tiene su consumo rápido y garantizado, en que el usuario siempre tendrá que depender, y más, si se es una de esas personas que quieren estar al día o no sentirse desfasado de los avances de la inteligencia artificial.

   Y a modo de crítica: Si usted lector, está de acuerdo con lo mencionado: pulse uno; sino, pulse el dos. Si le es indiferente, pulse el tres. Sí le ha decepcionado, pulse el cuatro. Y si lo prefiere en otro idioma, pulse el cinco, etc...Y recuerde que dicen que existe la privacidad de datos."

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