"Si deseas la paz, cultiva la justicia, pero al mismo tiempo cultiva los campos para producir más pan. De lo contrario, no habrá paz" (Norman Borlaug)
Norman Borlaug (Iowa 1914 - Texas 2009) fue un científico genetista y fitopatólogo agrícola estadounidense. Clasificado como padre de la agricultura moderna o de la revolución verde. En el año 1970 se le concedió el premio Nobel de la Paz por su trabajo para combatir el hambre en el mundo. Desarrolló una serie de resistentes variedades vegetales de mucho rendimiento. También llevó sus innovaciones agrícolas en países en vías de desarrollo. Su revolución verde, evitó una hambruna mundial en la segunda mitad del siglo XX, evitando aproximadamente - mil millones de muertes-. Con los conocimientos de este científico, la producción mundial de alimentos se multiplicó. Tiene una cierta fama donde se dice - que salvó más vidas que otros personajes de la historia -.
En los años sesenta empezó a introducir semillas híbridas. Su preocupación por una escasez de alimentos le llevó a la conclusión de que una variedad de vegetales, sería una buena solución para aliviar la hambruna del mundo. Presionó a las administraciones para mejorar la política de agricultura y las infraestructuras para que esos alimentos tuvieran su distribución.
Tuvo innovadoras técnicas de cultivo que compartió con jóvenes investigadores, para obtener variedades de trigo que fueran resistentes a las enfermedades y que producieran más grano. Esas mismas variedades se emplearon en otros cereales y posteriormente exportadas a África, Asia y Medio Oriente.
Su amor a la humanidad reflejado en su pasión en la agricultura, tuvo en ella el objetivo de: la calidad de vida de las personas, su salvación y la paz mundial. Unos de sus mayores consejos era: - Para una vida digna, también se debe dar la oportunidad a tener una buena educación, empleo remunerado, viviendas acogedoras, ropa adecuada, atención médica y su alimentación-.
Se puede seguir confirmando, que todavía gracias a él, los cereales están a disposición en todos los lugares del mundo. Por lo tanto, su esfuerzo -sigue salvando vidas-.
La ciencia y la tecnología posteriormente no abandonó las investigaciones. Poco después, esos alimentos se modificaron aún más, y pasan a denominarse - transgénicos-. Son aquellos alimentos que tienen un crecimiento acelerado y de producción masiva llevadas por grandes compañías. Alimentos cuyo ADN es modificado y producido por la ingeniería genética, donde se busca el resultado deseado. En 1983 se produjo la primera planta transgénica. Poco después, en 1986, la empresa multinacional Monsanto, crea la primera experiencia en una planta genéticamente modificada -en este caso, es la del tabaco-. El resultado, es de conseguir el producto: soja, maíz, trigo, etc..., que aguante más tiempo sin estropearse, que tenga mayor resistencia y manipulación. Así como las de poseer defensas para combatir sus enfermedades y resistir las plagas. En el año 2014, este tipo de cultivos se extiende por diversas partes del mundo. El inconveniente que tiene o conlleva los transgénicos, es que, para sus cultivos y en finalidad, su practica se realiza con elementos químicos tóxicos y cancerígenos para la salud, que hasta el momento no ha dejado de crear oposición y polémica no exenta de conflicto judicial.
Seguramente, el Sr. Borlaug, estaría sorprendido de las últimas prácticas de los productos en este tipo de modificación genética. Como suele ocurrir siempre, los buenos inventos e investigaciónes se construyen con buena finalización y provecho humano, a veces sin ánimo de lucro. Pero después aparecen los interés financieros que acaban visualizando beneficios en esos buenos proyectos humanos. A todos nos llegan los cereales; sí y gracias. Pero hay que conseguir que sean lo más natural y saludable posible.
De todas formas, todavía quedan partes del mundo con insuficiencia alimentaria. Este escrito es para recordar y mencionar a un humanista con excelentes intenciones. Recordarlo en estos tiempos, donde sucede un conflicto actual entre Ucrania y Rusia, que mantienen una guerra que va más allá. Que impiden la logística y exportación del grano ucraniano; uno de los principales países productores en cereales del planeta, al resto del mundo. Precisamente, los que más lo sufren y lo necesitan, son los países más subdesarrollados.
"El ser humano parece insistir en ignorar las lecciones de la historia" (N. Borlaug)
"La suerte de las naciones depende de su manera de alimentarse" (A. Brillat-Savarin)
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