"La cuestión de la fe, siempre puede permanecer en duda hasta el último instante de nuestra vida"
"Una niña llamada Benedetta siente vocación religiosa, y es internada en un convento de Pescia en Italia, gracias al dinero que posee su padre. La chica parece que tiene ciertas facultades divinas. Al poco de ser admitida y durante la noche, sale de su celda (celdas separadas por cortinajes), y reza ante la figura de una virgen que está situada en el pasillo del convento. Mientras está rezando, se rompe la repisa que la sostiene y cae encima de Benedetta sin hacerle daño alguno. Este hecho despierta a las monjas provocando estupefacción y lo consideran como una señal proveniente de la divinidad. Esto hace que a Benedetta se la considere una novicia especial.
Treinta años después, los padres de Benedetta (Virginia Efira), le hacen una visita y cuando estos han pasado el día y terminan su estancia y se disponen a partir, son interrumpidos por la llamada de auxilio de una mujer llamada Bartolomea (Dahpnae Patakia), que interrumpe en su interior, por el maltrato que sufre de su padre pastor de ovejas. Y pide a gritos que la ingresen en el convento. La abadesa (Charlotte Rampling), le dice que entrar y permanecer en el convento no es gratis. Benedetta, ante ese maltrato, siente compasión por ella, y ruega a su padre que dé un dote para admitirla. Tras una discusión de su precio, acepta su padre y acepta la abadesa para su ingreso.
A partir de este momento nace un vínculo entre ellas. Benedetta será la responsable de cuidarla y de instruirla en las labores del internado. Cuando en su inicio le está preparando un baño, el roce de unos pechos, hace de Benedetta tener unas sensaciones para ella desconocidas. Una imagen que representa la presencia irresistible de la tentación a la que Benedetta se tiene que enfrentar y padecer en unas posteriores fiebres.
Ese encuentro fortuito e íntimo da pié a futuras relaciones y encuentros eróticos, donde Benedetta se siente instigada y perseguida por unos sueños que dan lugar a unas visiones y conversaciones con un protegido Jesús, donde se procesan un amor eterno, y donde para alcanzarle, hay que vivir y experimentar el sufrimiento y superar las pruebas que causa el dolor. En una escena posterior y en otra de sus alucinaciones, hace el amor con él en la cruz, significando con esa penetración, su unidad con él. Esa perturbación termina por hacerle aparecer unos estigmas en las manos, en los pies, y en su costado.
Evidentemente, estas señales corporales no pasan indiferentes. La abadesa recurre al obispo local para comunicarle la sorprendente noticia. Este acude a visitarla y comprueba las señales sangradas de su cuerpo que no quieren cicatrizar, y admite con certeza que son indicios enviado por Dios. La abadesa se muestra incrédula diciéndole que le falta el estigma de la corona de espinas en la frente como tenía Jesús en la cruz. Pero el obispo le reprime diciéndole, que no se puede ocultar las pruebas del todopoderoso. La abadesa en el film, ejerce una fe en la que no termina de creer; una incrédula que junto a su protegida (una chivata que la mantiene al corriente de todo lo que sucede), a la que parece su hija, intentan cuestoniar con precaución a posibles castigos o desprestigio eclesiásticos.
El rumor de los estigmas ha crecido, y toda la población de Pescia, hace donaciones de comida en la puerta del convento. Como Benedetta adquiere cierta fama y respeto, en una ceremonia que ofrece el obispo, anuncia a sus asistentes, que va a sustituir a la actual abadesa por Benedetta, que será la próxima en hacerse la responsable de encargarse de todo el convento
Evidentemente, solo hay una denuncia ante el público de la protegida de la superiora, a la nueva nominación, en parte con razón, porque la elección de un nuevo cargo se han de decidir por consenso de las propias hermanas del convento, y no impuesta por un ajeno a este.
El obispo días antes, le tomó confesión donde fue enterado por ella, de que Benedetta estaba plagiando. Cosa que el obispo no aceptó completamente por falta de pruebas. Por este motivo y por su incorformismo en este relevo, es castigada delante de los presentes a flagelarse con un látigo.
Ahora Benedetta junto a Bartolomea, disponen del habitáculo que antes regentaba la abadesa. Este nuevo compartimento, da espacio a una desatada intimidad donde pueden realizar sin esconderse, sus placeres sexuales.
La madre superiora fue avisada varias veces por su protegida, que los estigmas de Benedetta son falsos, causadas por ella, gracias a unos pequeños cristales o trozos cerámicos, que siempre aparecen con ella cuando da nuevas señales en su cuerpo.
Hasta cierto punto, la abadesa saliente, se encuentra desplazada y deshonrada injustamente de su cargo por el nuevo sensacionalismo que causa Benedetta, y en una noche, por un agujero de la pared, contempla las relaciones amorosas y eróticas que mantienen ambas.
Rápidamente toma un carruaje a escondidas dirigiéndose a Florencia para comunicar el suceso al Nuncio (que es el representante diplomático del Papa, que ejerce además, como legado pontificio). Benedetta se ha dado cuenta de ello, pero no muestra precaución ni miedo a lo que pueda ocurrir tras esa visita.
El Nuncio (Lambert Wilson), atiende la visita de esa madre superiora en un amplio salón, mientras una criada en estado de gestación le pone la comida, (una secuencia que por los modos, da entender la lujuria que puede existir dentro de la iglesia).
El Nuncio toma nota y avisa de las graves consecuencias de lo que denuncia, tanto si es realmente verdadero como falso; porque el mayor castigo puede ser la hoguera, y que inmediatamente se pondrá en camino con ella para verificar y testimoniar el asunto.
Por entonces Italia está dominada bajo la -peste bubónica-, y en el camino de regreso, su población está siendo abatida con muertos en sus calles y la gente pidiendo auxilio.
Como la peste progresa, en el pueblo de Pescia hay una profesión religiosa donde Benedetta asiste manifestándose y les convence tranquilizando a su población diciéndoles que Dios le ha hablado, y que les librará de la peste. Tras ello y convencerlos, manda a los guardias que no entre ni salga nadie del pueblo cerrando sus puertas (con lo cual evitar además con ello, la entrada próxima del Nuncio).
Cuando el Nuncio y la abadesa de entonces llegan a sus puertas al día siguiente, son retenidos, pero al poco instante son abiertas por el obispo local y se integran en el pueblo y en el convento.
Posteriormente Benedetta es interrogada y es registrada su habitáculo, y Bartolomea es torturada obligándola a confesar su relación donde sus palabras de amor al prójimo no sirve de nada, y lo que buscan es la prueba del delito: un pene de madera que usaban porque sus dedos eran cortos. Cuando consiguen encontrarlo porque Bartolomea tras su tortura, lo confiesa sacándolo de su escondite. Gracias a esa confesión, se libra de la hoguera, pero la expulsan del convento. Benedetta antes de su veredicto final, logra mantener unas conversaciones con el Nuncio sobre la fe y la creencia del amor al prójimo y de sus diferentes manifestaciones. Tanto la abadesa y el Nuncio se han contagiado de la peste, y por ello, la abadesa está muy cercana a la muerte. Benedetta aún compasiva, mantiene también un dialogo con ella que parece reconfortarla con una cierta fe.
Benedetta es condenada a la hoguera. La gente del pueblo se revela y logran librarla del fuego tras una violenta revuelta, donde asesinan al Nuncio.
Por la mañana, Benedetta y Bartolomea, se encuentran desnudas en un granero muy lejos del pueblo. Pueden seguir huyendo, ser libres de otra manera, y continuar con sus amores. Pero Benedetta confiesa que su lugar está en ese convento, y que debe de regresar a el, sin temor a castigos o represalias porque Dios le salvará".
Benedetta Carlini, 1591- 1661.
Nació y murió en Pescia, en una Italia contrarreformista del sigloXVII.
Monja, mística, católica, lesbiana. Murió de muy mayor en ese convento, aislada, compartiendo comidas con sus hermanas, mientras ella comía sentada en el suelo. El pueblo se libró de la peste.
Cada regla tiene su excepción, y cada familia su oveja negra. Paul Verhoeven no aclara ni se posiciona en la verificación de los hechos de Benedetta, como dando libertad a creer lo que cada uno crea. Ni tampoco Benedetta nos confirma en el film, si sus estigmas son reales o provocados por cortes. De todas las maneras, quiere hacer creer a los demás con su postura que, amar al prójimo, es amar al resto del mundo, y se puede empezar amando a una persona. O dicho de otra manera,- amando a una persona, empiezas amar al resto del mundo -. Podría decirse que, con Benedetta - verdadera o falsa -, fue unas de las primeras predicadoras de la historia. Ni en la última escena, cuando están íntimas y desnudas en un granero, le confiesa a su amiga Bartolomea, cuando ésta le pregunta, - si es cierto o no, lo de sus estigmas -. Y ella le dice, que - lo importante es creer a pesar de todo -, dando a esa creencia, un espíritu innovador y revolucionario; porque la iglesia predica pero no práctica, y porque contiene sus intereses, su modo vivendi, su control social con su corrupción incluida, donde también han impuesto sus leyes, su poder y su terror representados por torturadores y verdugos a una población pobre, sin conocimientos ni cultura. Todo ello es el reflejo de esa época en que dentro de la religión, existe la hipocresía, donde era un medio para protegerse de lo exterior y de sustento.
Estar amparados por una creencia religiosa, no significa estar ni mantenerse puros; también hay cuestiones que están fuera de esa moral que sustenta una fe, esto se refleja en el film, donde desde la base de un convento, hay monjas que están recluidas como si estuvieran refugiadas de si mismas, huyendo de lo que fueron y de sus vergüenzas; como el mismo hecho de ser una judía o haber sido una prostituta. Confesando una de ellas en los últimos minutos en su lecho de muerte, diciendo que - todo al final, es una mentira -; y otra diciendo que, - te pueden quitar todo menos el orgullo -.
La representación de la novicia Bartolomea, es como si estuviera simbolizada en ella - la tentación -, lo opuesto a lo normalizado y a lo impuesto. La inmoralidad. La alternativa al sufrimiento. El resultado es una aptitud feminista que rompe lo establecido por un patriarcado.
Dirección: Paul Verhoeven. Fotografía: Jeanne Lapoirie. Música: Anne Dudley. Guión: P. Verhoeven & David Birke. Producción: Conchita Airoldi, Said Ben Said, Kevin Chneiweiss, etc. Actores: Virgine Efira, Charlotte Rampling, Lambert Wilson, Daphne Patakia, Olivier Rabourdin, Louise Chevillotte. Drama de época. Estrenada en el Festival de Cannes 2021 sin lograr ningún premio. Color. Basada en una libro de 1986 de Judith C. Brow.
Paul Verhoeven (Neerlandes, 1938) es un director, guionista y productor, con prestigio. Famoso por sus films de ciencia ficción y drama, donde sus contenidos son una mezcla de violencia, sexual, y social. Sus películas más conocidas y citando algunas: Robocop de 1987, Instinto Básico de 1992, Showgirls de 1995, Starship Troopers de 1997, Elle de 2016.
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