"Decir que el Estado debe tomar en cuenta nuestra humanidad,
equivale a decir que debe contar con nuestra moralidad"
(Max Stirner- Cap-II. El propietario. El Individuo)
*Su nombre era JOHAN GASPAR SCHMIDT (educador y filósofo alemán, nació en Bayreuth el 25 de octubre1806 y murió 26 de junio de 1856) pero se hacía llamar por el seudónimo de STIRNER. De su vida apenas se conocen datos precisos: cuando su descubridor JOHN HENRY MACKAY, el poeta del anarquismo, escribió su biografía en 1898, ya había transcurrido más de cuatro décadas después de su muerte. De STIRNER se sabe que estudió en universidades, asistiendo en Berlín a las clases de HEGEL, SCHLEIERMACHER, MICHELET, entre otras. Compartió las penalidades de los intelectuales independientes que se opusieron al Estado de Federico Guillermo y su filosofía oficial. La penuria económica fue la compañía más fiel de toda su vida, que se malganaba trabajando como publicista, traductor y maestro en una escuela de señoritas. Una única caricatura dibujada por ENGELS en 1842 es la única imagen que se conserva de su fisionomía. Según MARX, fue un apóstol que lucha contra molinos de viento. En la época de su primera aparición, en 1844, "EL ÚNICO Y SU PROPIEDAD" no despertó tan solo un vivo interés. La obra salió a la luz bajo el signo del escándalo, STIRNER era, y el propio ENGELS lo reconoció, la cabeza más lúcida y profunda del circo de filósofos y revolucionarios de Berlín. Su obra pasaría desapercibida por espacio de casi medio siglo. Y no fue hasta 1890 cuando fue redescubierta por MACKAY. Entonces el Anarquismo adoptó "EL ÚNICO Y SU PROPIEDAD" como la biblia del nuevo mundo.
Como para la mayoría de los filósofos revolucionarios y utópicos de su época, la "Educación" era un tema fundamental para STIRNER. Donde afirma este autor en su texto que por encima de todo le preocupa -lo que se hace de nosotros y de nuestra educación-.
"Lo mejor de la infancia pasa sin que tengamos que luchar contra la
razón. Siquiera nos cuidamos de ella, no tenemos nada que ver con ella,
rechazamos la razón: El convencimiento es entonces un absurdo: sordos a
las buenas razones y a los argumentos sólidos, reaccionamos, por el
contrario, vivamente bajo las caricias y castigos. El hombre ya maduro
difiere del joven en que considera el mundo tal como es, sin ver por
todas partes mal que corregir, entuertos que enderezar, y sin pretender
modelarlo sobre su ideal".
Su sistema se basa en una crítica a la educación humanista de contenidos clásicos y reclama una pedagogía más cercana a la vida misma, que desarrolle al espíritu de creatividad más que la sumisión al dogma y prepare a los hombres para el ejercicio de la Libertad. En palabras de STIRNER , "frente al humanismo y al realismo podemos llamarnos, si es un nombre lo que se desea, MORALISTAS, pues nuestro objetivo es la -formación moral-.
En su primer capítulo EL ABSURDO "Yo he basado mi causa en nada", arremete con dureza contra la causa divina. "Dios es todo en todo, de suerte que todo es su causa. Pero nosotros, nosotros no somos todo en todo, y nuestra causa es bien mezquina, bien despreciable; así, debemos servir a una causa superior. Está claro; Dios no se preocupa más que de lo suyo, no se ocupa más que de sí mismo y solo en sí." También expone la causa que defiende la humanidad, cuyos intereses hay que defender como nuestros: "¿que causa defiende? ¿su causa es la de algún otro? ¿no sirve a una causa superior?. No, la humanidad no se reconoce más que a sí misma, la humanidad no tiene otro objetivo que la humanidad, su causa es ella misma".
"Dios y la humanidad no ha basado su causa en nada, en nada que no sea ellos mismos. Yo basaré, pues, mi causa en mi; soy como Dios, la negación de todo lo demás, soy para mi todo. Soy el único.
Si Dios y la humanidad son poderosos con lo que poseen, hasta el punto que para ellos mismos todo está en todo, yo advierto que a mí me falta mucho menos todavía y que no tengo que quejarme de mi vacío".
"Yo no soy nada, en el sentido del vacío; pero soy la nada creadora, la nada de la que yo mi creador lo crea todo".
"Lo divino es la causa de Dios; lo humano, la causa del hombre. Mi causa no es divina ni humana; no es lo verdadero, ni lo bueno ni lo justo, ni lo libre; es lo mio; no es general, sino única, como soy único".
También contra el patriotismo: "Mirad a un pueblo
redimido por nobles patriotas; los patriotas caen en la batalla o
revientan de hambre y de miseria; ¿que dice el pueblo? ¡Abonado con sus
cadáveres se hace floreciente!. Mueren los individuos por la gran causa
del pueblo, y el pueblo se limita a dedicarles alguna otra lamentable
frase de reconocimiento, guardándose para sí todo el provecho. ¡Esto se
llama egoísmo lucrativo!. ¿No os sugieren nada estos ejemplos?. ¿No os
invitan a a pensar que el egoísta tiene razón?. Yo, al menos, aprendo de
ellos, y en vez de continuar sirviendo con desinterés a esos grandes
egoístas, seré yo el egoísta".
"No admito nada por encima de mi. Cuando más nos sentimos a nosotros mismos, más irrisorio nos parece lo que habíamos creído insuperable".
En el capítulo VIII -Mis relaciones- es una crítica contra el Estado: "El Estado es la condición indispensable del desarrollo integral de la humanidad. Ciertamente, lo fue tanto tiempo como nos propusimos desarrollar la humanidad; pero ahora que queremos desarrollarnos, no puede sernos ya más que un estorbo".
"El mejor Estado es evidentemente el que contiene los ciudadanos más fieles a la ley. A medida que el noble sentimiento de la legalidad languidece y se extingue, el Estado, que es un sistema de moralidad y la vida moral misma, ve bajar sus fuerzas y decrecer sus bienes. Con los buenos ciudadanos desaparece el buen Estado; zozobra en la anarquía. "Respeto a la ley!" tal es el cimiento que mantiene de pie todo el edificio de un Estado. "La ley es sagrada; y el que la viola es un criminal". Sin el crimen no hay Estado. El mundo moral, y es el Estado, está lleno de corruptos engañadores, de embusteros, de ladrones, etc.."
Contra el partidismo, "Los miembros de todo partido que atiende a toda su existencia y a su conservación, tienen tanta menos libertad, o más exactamente, tanta menos personalidad, y carecen tanto más de egoísmo, cuanto más completamente se someten a todas las exigencias de ese partido. la independencia del partido implica la dependencia de sus miembros".
Un ensayo profundo y muy interesante. Es una declaración del ser -único y propietario de su persona-, que no dejará indiferente a todos aquellos que de alguna manera quiere comprometerse con la libertad personal. Un acercamiento a un concepto diferente y quizás chocante, del que no estamos acostumbrados acerca del individuo, y lo que significa la propiedad de ser uno mismo. Un alegato sobre el egoísmo: la de anteponer tu libertad propia como principal elemento para la libertad individual ante todas las cosas, porque ante todo está uno mismo, y no convertirte en un "verdadero súbdito" a merced de los intereses marcados por el Estado a través de sus políticas, religiones e instituciones, etc..
El texto no ha perdido su vigencia actual, pues en los momentos que nos encontramos viviendo con nacionalismos, independencias, leyes retrógradas que atentan contra la libertad individual y crisis políticas, es un buen momento para encontrarnos con sus palabras. Quizás en esta situación y con su ayuda, comprenderemos mejor el funcionamiento socio- político global.
"Yo camino entre los hombres como entre los fragmentos del futuro: de aquel futuro que yo contemplo" (Nietzsche)