equivale a decir que debe contar con nuestra moralidad"
(Max Stirner- Cap-II. El propietario. El Individuo)

Como para la mayoría de los filósofos revolucionarios y utópicos de su época, la "Educación" era un tema fundamental para STIRNER. Donde afirma este autor en su texto que por encima de todo le preocupa -lo que se hace de nosotros y de nuestra educación-.
"Lo mejor de la infancia pasa sin que tengamos que luchar contra la razón. Siquiera nos cuidamos de ella, no tenemos nada que ver con ella, rechazamos la razón: El convencimiento es entonces un absurdo: sordos a las buenas razones y a los argumentos sólidos, reaccionamos, por el contrario, vivamente bajo las caricias y castigos. El hombre ya maduro difiere del joven en que considera el mundo tal como es, sin ver por todas partes mal que corregir, entuertos que enderezar, y sin pretender modelarlo sobre su ideal".
Su sistema se basa en una crítica a la educación humanista de contenidos clásicos y reclama una pedagogía más cercana a la vida misma, que desarrolle al espíritu de creatividad más que la sumisión al dogma y prepare a los hombres para el ejercicio de la Libertad. En palabras de STIRNER , "frente al humanismo y al realismo podemos llamarnos, si es un nombre lo que se desea, MORALISTAS, pues nuestro objetivo es la -formación moral-.
En su primer capítulo EL ABSURDO "Yo he basado mi causa en nada", arremete con dureza contra la causa divina. "Dios es todo en todo, de suerte que todo es su causa. Pero nosotros, nosotros no somos todo en todo, y nuestra causa es bien mezquina, bien despreciable; así, debemos servir a una causa superior. Está claro; Dios no se preocupa más que de lo suyo, no se ocupa más que de sí mismo y solo en sí." También expone la causa que defiende la humanidad, cuyos intereses hay que defender como nuestros: "¿que causa defiende? ¿su causa es la de algún otro? ¿no sirve a una causa superior?. No, la humanidad no se reconoce más que a sí misma, la humanidad no tiene otro objetivo que la humanidad, su causa es ella misma".
"Dios y la humanidad no ha basado su causa en nada, en nada que no sea ellos mismos. Yo basaré, pues, mi causa en mi; soy como Dios, la negación de todo lo demás, soy para mi todo. Soy el único.
Si Dios y la humanidad son poderosos con lo que poseen, hasta el punto que para ellos mismos todo está en todo, yo advierto que a mí me falta mucho menos todavía y que no tengo que quejarme de mi vacío".
"Yo no soy nada, en el sentido del vacío; pero soy la nada creadora, la nada de la que yo mi creador lo crea todo".
"Lo divino es la causa de Dios; lo humano, la causa del hombre. Mi causa no es divina ni humana; no es lo verdadero, ni lo bueno ni lo justo, ni lo libre; es lo mio; no es general, sino única, como soy único".
También contra el patriotismo: "Mirad a un pueblo redimido por nobles patriotas; los patriotas caen en la batalla o revientan de hambre y de miseria; ¿que dice el pueblo? ¡Abonado con sus cadáveres se hace floreciente!. Mueren los individuos por la gran causa del pueblo, y el pueblo se limita a dedicarles alguna otra lamentable frase de reconocimiento, guardándose para sí todo el provecho. ¡Esto se llama egoísmo lucrativo!. ¿No os sugieren nada estos ejemplos?. ¿No os invitan a a pensar que el egoísta tiene razón?. Yo, al menos, aprendo de ellos, y en vez de continuar sirviendo con desinterés a esos grandes egoístas, seré yo el egoísta".
"No admito nada por encima de mi. Cuando más nos sentimos a nosotros mismos, más irrisorio nos parece lo que habíamos creído insuperable".
En el capítulo VIII -Mis relaciones- es una crítica contra el Estado: "El Estado es la condición indispensable del desarrollo integral de la humanidad. Ciertamente, lo fue tanto tiempo como nos propusimos desarrollar la humanidad; pero ahora que queremos desarrollarnos, no puede sernos ya más que un estorbo".

Contra el partidismo, "Los miembros de todo partido que atiende a toda su existencia y a su conservación, tienen tanta menos libertad, o más exactamente, tanta menos personalidad, y carecen tanto más de egoísmo, cuanto más completamente se someten a todas las exigencias de ese partido. la independencia del partido implica la dependencia de sus miembros".
Un ensayo profundo y muy interesante. Es una declaración del ser -único y propietario de su persona-, que no dejará indiferente a todos aquellos que de alguna manera quiere comprometerse con la libertad personal. Un acercamiento a un concepto diferente y quizás chocante, del que no estamos acostumbrados acerca del individuo, y lo que significa la propiedad de ser uno mismo. Un alegato sobre el egoísmo: la de anteponer tu libertad propia como principal elemento para la libertad individual ante todas las cosas, porque ante todo está uno mismo, y no convertirte en un "verdadero súbdito" a merced de los intereses marcados por el Estado a través de sus políticas, religiones e instituciones, etc..
El texto no ha perdido su vigencia actual, pues en los momentos que nos encontramos viviendo con nacionalismos, independencias, leyes retrógradas que atentan contra la libertad individual y crisis políticas, es un buen momento para encontrarnos con sus palabras. Quizás en esta situación y con su ayuda, comprenderemos mejor el funcionamiento socio- político global.
"Yo camino entre los hombres como entre los fragmentos del futuro: de aquel futuro que yo contemplo" (Nietzsche)