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8 jul 2018

El poder de "The dark side of the moon" de Pink Floyd. Cuento -narración

"La música constituye una revelación más alta que ninguna filosofía"
(Ludwig van Beethoveen, 1770-1827)
"La amistad es como la música: dos cuerdas del mismo tono vibrarán a la vez  aunque sólo se pulse una" (J.Quarles 1624-1665, poeta inglés)

"Cada día cuando llegaba a su casa después de su jornada laboral, solía quitarse los zapatos y darse el relax de tomar una cerveza bien fría y antes de tumbarse en el sofá, solía ponerse su disco preferido de Pink Floyd "The Dark Side of the Moon". Siempre lo hacía a la misma hora, sobre las 20,30h, y siempre a un volumen que se podía considerar notable; ni muy alto, ni muy bajo. Siempre procurando no molestar ni ser molestado por algún inconformista de ese sonido. Era el momento predilecto de cada día; ser invadido y penetrado por esa música experimental. Cuando acababa el disco le costaba volver a integrarse en la dura realidad y en su mente se volvía a repetir fragmentos de sus canciones llegándolas a silbar reiteradas veces.
   Llevaba incluso años con la misma función musical y con el mismo disco.Se podía decir que era el fan nº 1 de ese Lp. Una auténtica y magistral obra de arte- se decía-. Quizás la única persona que la haya escuchado y apreciado unas mil veces, saboreando minuto a minuto y nota por nota el sonido que desprendía los surcos de ese disco.
   El vecino de al lado era la primera víctima de esas sesiones diarias de Pink Floyd. Al principio era tolerable y después le era soportable, además de inevitable que a pesar de todo oyera cada día como aquel que dice, la misma canción; pues el sonido musical penetraba en su casa. También a base de escucharlo tantas y repetidas veces, acabara por gustarle y terminando por adquirir el mismo disco.
   Para escucharlo y no ser disonante, procuraba ponerlo a la misma hora que su vecino, lo cual el sonido empezaba a subir de tono, sin que ambos vecinos se dieran cuenta. El vecino de este vecino, empezó a contagiarse y a gustarle el mismo repertorio y acabó por hacer lo mismo, con lo cual ya eran tres que a la misma hora hacían sonar esos deliciosos temas al unisono.
   Y como si fuera una enfermedad contagiosa, la cosa fue propagándose de vecino a vecino y calle por calle, así hasta llegar a todo un barrio. Y de un barrio a toda una localidad. El proyecto sin quererlo
pretenderlo, iba para más. Pronto fue una región entera, después fue sumándose otras hasta cumplimentar el país. Poco a poco el tema se externalizaba hacía Europa. Un barrio, una provincia, un pueblo, otro país. Así sucesivamente de norte a sur del mundo, y de este a oeste. Era lo más impresionante de lo que se pudiera imaginar. El mundo entero escuchando al mismo tiempo las mismas canciones. Los trabajos y los negocios se paraban. Los vehículos hacían un alto en su recorrido, dando igual en donde se detuvieran, pues era imposible que cualquier ser se ocultase y huyera de ese sonido, porque las canciones caían como lágrimas desde el cielo y penetraba hasta en los sótanos de la Tierra. El mundo entero permanecía en silencio, atónito escuchando mientras sonaba por completo el disco. Era imperdonable interrumpirlo. Era algo sagrado que había descendido hacia el mundo como una inesperada gracia divina. Todos los habitantes del mundo habían deseado un acontecimiento así de grande. Donde en todos esos minutos de duración musical se sentían únicos y unidos. Era el logro más universal y pacífico desde que comenzó el mundo, algo que no había conseguido ni las religiones ni la política.
   La gente tarareaba las canciones respetuosamente como si fuera un himno propio, y cuando llegaba la canción "Time", el mundo entero se estremecía como si de un seísmo se tratara, porque el tic-tac del tema, resonaba como si un potente reloj estuviera instalado en el cielo. Era el momento más significativo de la obra.
   Nada más importaba en el globo terráqueo en ese momento musical. Había noticias de que muchos enfermos habían mejorado en su salud, y que los índices de depresión habían descendido lo suficiente que se llegó a la conclusión de que era curable sin necesidad de medicamento. El nivel de estrés se había reducido y la gente parecía mas afable desde cualquier rincón del planeta. Incluso en los países bélicos trataban de negociar la paz. La esperanza surgió, y la vida cotidiana se estaba convirtiendo en una vida soportable y habitable gracias a unas canciones. Desde entonces, la música se declaró como el mejor bien patrimonial para la humanidad".
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