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16 dic 2023

La pianista (narración)

 "La armonía es la plenitud tras la dificultad" (Antonio Colinas-poeta)


   Por la calor del verano, las ventanas estaban abiertas. No entraba ni una pizca de aire que refrescara la casa pero si entraba una melodía lejana de piano. Alguien no muy remoto tocaba aquellas teclas. Me asomé por esa curiosidad innata por una de las ventanas buscando aquella procedencia sonora. Al rato localice no muy a lo lejos, el sonido musical. Tuve que afinar la vista y distinguí a lo que supuse una nueva vecina, pues era la primera vez que llegaba a mis oídos tales notas. Era una mujer con una cabellera larga y rojiza que le cubría toda su espalda. Iba vestida de negro y su cuerpo gestuaba al compás del ritmo. Lo poco que se visualizaba desde mi ventana, era una habitación espaciosa donde parecía que el único mueble existente era el piano. El resto visible de su vivienda era todo blanco. Ni un adorno ni un cuadro. Un auténtico habitáculo exclusivo para ese instrumento, todo lo demás, daba la sensación de no importarle a su pianista. 

   Estuvo practicando todas las tardes del verano. Y tengo que confesar que, oyéndole practicar, me producía una relajación y pude reconciliar buenas siestas. Esas notas musicales que interrumpían el silencio de las primeras horas de la tarde, no parecían molestar a ningún vecino porque no se manifestó ningún vocerío quejándose. 

    A momentos, fragmentos de Chopin se repetían y se repetían como si la pianista buscara la perfección sonora. Seguramente los oídos del vecindario no están lo suficientemente educados para distinguir sus diferencias tonales. 

   Ella parecía olvidarse del resto del mundo mientras tocaba sus teclas. El vacío de su vivienda hacia resonar más la música clásica y por la rectitud de su postura, podía dar a entender que era seguramente una profesional y quizás una componente de una orquesta sinfónica.

   Con el paso de los días mi cuerpo y mente se acostumbró a sus preludios que, cuando ella no practicaba sus ensayos, yo no conseguía relajarme para hacer mis siestas. El sonido limpio y repetitivo de las sonatas conseguía en mi, un efecto de paz y tranquilidad.

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