"Entre lo que dice nuestro cuerpo y lo que debemos saber para funcionar con normalidad hay un vacío que debemos llenar nosotros mismos, y que llenamos con la información (o la desinformación) que nos proporciona nuestra cultura. (Tzvetan Todorov, -El Miedo a los Bárbaros) La vorágine de noticias incesantes que rodean nuestro entorno tienen tan magnitud, que se hace imposible que acapare toda la atención que se debiera. Los medios de comunicación de radio y televisión a través de sus tertulianos, la prensa y las redes sociales es un medio de noticias que casi podíamos acusarlos de bombardeo informático, en el que cada uno, a través de su canal de expresión, nos cuentan los avatares y los acontecimientos diarios en los que obviamente, los más trágicos, los más sensacionalistas y banales, ocupan primeras posiciones y las letras más grandes. Sabemos que la mayoría de veces todos parecen comentar lo mismo; que en eso parece que se pongan de acuerdo, en la misma noticia, como si hubiera un dios que marcara el guión del día. El sensacionalismo es versionado y es la garantía para vender un espectáculo aunque sea una buena mentira. A veces la continua repetición de una divulgación se convierte en la atención contraria a la que se requiere, lo que hace que uno deje de seguir el tema por su pesadez e insistencia.
Es democrático y acertado que se tenga el derecho a la libertad de expresión y de su comunicación. Pero a veces, en peligro de la misma democracia, y como se ha explicado, hay un cierta conducta patronal que ordena -lo que debe decirse-, o lo que les interesa que sepamos; tanto para mantenernos distraído, ocupados en su temática, y por tenernos controlados con tensión o terror, y así manipularnos globalmente (como sucede en los comentarios de: virus, cambio climático, crisis, nacionalismos o independentismos, atentados, etc..), (que cada uno saque su respetable opinión).
Es cierto que ahora gracias a las redes sociales, sabemos otros acontecimientos también importantes y de otros detalles que ocurren en el mundo, porque si no se cuentan, parecen que no existen. Eso está bien, pero a la vez; que es la intención de este escrito, hace que se suma al resto de los informativos, oficiales o no, y que crean un exceso de divulgación. Además hay que añadir, como nueva moda o estrategia política, cultural o comercial, que existen las noticias tóxicas o falsas que además circulan con mucha rapidez. Elemento que hay que tener en cuenta y que sirve para crear una opinión o conocimiento falso de la realidad. Lo que contribuye a no decir una verdad se puede convertir en una gran mentira, en un gran bulo, convirtiéndolo en un hecho terrorífico, porque hay que considerar que hay mucha gente que tiene muchos problemas de comprensión y de interpretación y a los que son fáciles de influenciar. Mentir siempre ha sido un hecho fácil y gratuito. Quizás, si seguimos este ejemplo y en este camino, conocer la verdad se va ha convertir en un bien preciado. Para decirlo de otra manera; decir una noticia falsa es agresivo: es crear y colaborar en una confusión y manipular la realidad y a su población. Porque dar una información sin comprobar su veracidad, es ya en sí, una propaganda falsa, se convierte en una mera especulación. Por lo tanto, tómese conciencia y buena nota sobre la finalidad de ese -periodismo y de la información-, pues nuestros conocimientos depende de ello, y por otro lado; no podemos trasmitir mal los acontecimientos a la futura generación con versiones manipuladas o incorrectas de la historia y sucesos de la humanidad; porque eso es una de las cosas que está ocurriendo: falsear y tergiversar la historia. Hay intereses sombríos que no quieren que se sepa la verdad. Como dijo Ortega Y Gasset "El que no conoce su historia está condenado a repetirla". Aunque como desgraciadamente suele suceder, los que dirigen nuestras comunidades y municipios parecen ignorarlo, y suele ocurrir que una minoría de sabios son apartados por una mayoría de ignorantes. La ignorancia es el resultado de una nefasta cultura que se basa en razones impropias e ilógicas.
El medio de comunicación es un todopoderoso, es una multinacional con un funcionamiento global y sistemático que invisiblemente a través de ella, nos mantiene entretenidos o distraídos, nos informan (y a la vez, nos des-informan), y en su publicidad nos hacen consumir sus objetos, en la que la mayoría de ellos al adquirirlos nos produce insatisfacción. El progreso del mundo en gran parte está en sus manos.
En esta vorágine de información que a veces puede ser obsesiva, podemos elegir las noticias que más nos atraen y que nos interesan, a gusto de su consumidor. Pero hay que considerar que a la velocidad en que circulan los datos, hace imposible que se almacene en nuestra memoria los más importantes, pasando inadvertido lo más fundamental, consiguiendo que sea superficial, pasajero y publicitario; por lo tanto, siempre un buen conocimiento pasará desapercibido y se convertirá en efímero.
Es importante la realidad y la credibilidad, porque llegará el momento que saber la verdad, la tendremos que rebuscar, y quizás, eso nos convierta en una rata de biblioteca. Eso si la buena investigación y la correcta información no dejan de existir.
Sería racional preguntarse: ¿ Nos hayamos en un comienzo de una era del conocimiento efímero?.
Ahora nos encontramos que cada persona tiene una versión de la verdad o con la creencia que la tiene.
Acordémonos que la facilidad de exponer la divulgación y la rapidez de su funcionamiento colaboran y también pueden proporcionar unas noticias alteradas o manipuladas. Por motivo de preocupación, hay que clasificar de importante las consecuencias que - causan unas noticias falsas - incluso hay que denunciarlas; porque nos crea una deformación y distorsiona la realidad. Es cierto que la tecnología ayuda a la adquisición y al avance de una enseñanza, pero también hay que decir, que con internet el periodismo se ha transformado, y lo hemos hecho transformar a través de un clic marcando un like en noticias irrelevantes que creemos interesantes. Quizás preguntarse: ¿estamos en el proceso correcto del conocimiento?. Una respuesta taoísta sería: -¡El tiempo lo dirá!.
"La ignorancia es el origen de la violencia y de la falsificación del mundo". (Emilio Lledó)
"Hemos asumido que mentir es una forma normal de relacionarnos con el mundo" (Julia Otero, periodista)
"...El problema es que hoy estamos inmersos en una crisis de palabras oculta bajo la apoteosis de la comunicación, que no se resuelve ni preservando la lingūisticidad del ser humano ni devolviendo al lenguaje toda su potencia constituyente... Una palabra creíble, sea de amor o sea política, es la palabra que ha perdido el miedo al mundo y a sus incontrolables entornos."
(Marina Garcés de su ensayo - Un Mundo Común-)
Ilustración de Miguel Brieva
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