(frase atribuida a M. Azaña, presidente de la República Española en 1936-1939)

Realmente somos unos pequeños masoquistas que nos gusta sufrir en aquellas inconveniencias en las que no se está en acuerdo. Hay una sensación de que existe un miedo a la verdad y a la razón; donde esta cada vez, se hace más confusa. Criticar es el única lucha que utiliza todo aquél político que se encuentra en la oposición. Y nosotros mismos no damos paso a una realidad mejor, porque lo que verdaderamente vivimos ronda a un -surrealismo-. No aceptamos cambios excepto la que nos impone la -globalización-; que gota a gota, nos ha hecho a todos tan diferentes y a la vez, nos ha incorporado en la incertidumbre y en la pobreza.
¿Por qué no dar o mostrar nuestra confianza a los que pretenden un mundo mejor?. Quizás deberíamos analizarnos a nosotros mismos y a nuestra sociedad y preguntarnos que ha sido de nosotros y que queda de ella. ¿Que queremos para mañana? ¿Más incertidumbre con la que se alimenten los bancos y sus marcas? ¿Vivir bajo las condiciones de sus lobys?.
¿Que deseamos a nuestros progenitores? ¿Somos conscientes de lo que hacemos?. Estas son algunas preguntas que se pueden presentar a uno mismo.
Todo lo peor que está ocurriendo, si lo imaginamos y lo multipliquemos por diez o por veinte años de futuro. ¿Qué precio tendrá nuestros alimentos en esos años?. Si no hay un proyecto ético a larga vista no existirán buenas expectativas. Nadie prefiere unas sociedades indignas. Hay cosas que hay que pensar con la cabeza y sentirlas con el corazón, simplemente por un bien común.
Por otro lado, parece que en algunas partes de Europa se encuentran sintomas de algunos contagios de virus olvidados en occidente. ¿Por qué no se atajó en su momento al virus ébola o a la malaria?. Porque lo que sucedía, ocurría en un continente tercermundista y nos nos afectaba hasta ahora como peligro de epidemia. Este es otro tema indignante y que sirve de ejemplo a lo anterior mencionado, abandonando a una extensa población pobre y sin recursos a expensas de su suerte. Ciertamente ocurren sucesos que más bien comprenden una realidad surrealista.
Según unas declaraciones a un periódico, Federico Mayor Zaragoza confesó que -solamente un 20% de los seres humanos del planeta se benefician de los servicios sanitarios. Todo el resto sus precariedades van aumentando progresivamente, y no se benefician de los avances científicos y médicos, sino que además, llegan a morirse de hambre y de enfermedades-. ¿Realidad surrealista?.
* Juan Carlos Monedero es otro activista en favor de los derechos humanos. Es miembro también del grupo "Podemos" y autor del libro "Curso urgente de política para gente decente" (edt Seix barral-ensayo), que ya cuenta con una sexta edición. El libro pretende ser una propuesta de diálogo con el horizonte de construir un verdadero cambio social. Según en la contraportada, -son tiempos de inquietud social, donde gente de todas las edades ve amenazada la democracia mientras palabras como "injusticia" o "impunidad" se convierte en cotidianas -. Nos recuerda que el "Apoyo Mutuo" nos dignifica como personas (ya nos lo recomendaba P. Kropotkin desde 1890), dándonos herramientas para dejar de ser mercancías. No aceptando el juego de ser verdugos para no ser víctimas. Donde se quiere una vida digna para una vida decente; defender una idea de decencia que, al tiempo que nos exige nos cuida. Una durísima crítica a la política y vida contemporánea, a la que expone con títulos muy curiosos y diversos, a la vez originales todos los desmanes y costumbres de nuestro día a día. El libro está lleno de frases lapidarias en donde uno pude subrayar a su gusto. "No es tampoco extraño que el capitalismo devenga en pura depredación. Si nadie compra , lo que queda es especular o despojar las riquezas a los que las tienen y se dejan despojar" (pag 30). "Si el mundo está al revés, solo invirtiendo la caja negra podrá entenderse algo. Los salvajes son los civilizados y los civilizados, dueños de los mayores arsenales del mundo, unos salvajes patanes" (pag 45). Un libro del que no quieres que se terminen sus páginas. Un perfecto manual sin querer serlo del todo, de como entender e interpretar a todo aquello que -mueve el mundo-. Una lectura que nos recuerda que no todo esta dicho, exponiendo otras nuevas maneras de analizar y contemplar los sucesos que nos incumben. Un libro que nos ayudará a adquirir más conciencia y a estar atento ante todo aquello que nos oprime y nos manipula. Para disfrutar pensando y recomendado para todos aquellos que tengan inquietudes sociales.

*Johnny Winter murió con las botas puestas, es decir casi en los escenarios, pues a pesar de su edad (70 años recién cumplidos) todavía estaba de gira en Zúrich (Suiza). Fue un guitarrista surgido en los años 60, pues ya con una edad de 14 años ya empezaba sus pinitos con la guitarra. Músico tejano, de aspecto delgado y albino, y aunque su figura aparentaba fragilidad, todavía sus dedos raspaban la guitarra. Un maestro del blues y el rock. El disco Johnny Winter de 1969 con su hermano Edgar a los teclados (también albino), fue con el que tomo impulso en su carrera. Posteriormente tocó en Wooodstock y se publico el segundo disco llamado "Second Winter" que contenía versiones explosivas de canciones de Bod Dylan y de Chuck Berry. En los principios de los años 70 aparecía con una nueva banda junto a otro guitarrista de renombre, Rick Derringer. Poco a poco, iba incorporando versiones de otros artistas como la de "Jumpin Jack Flash" de los Rolling Stones. Johnny nunca dejó de tocar estas versiones clásicas en sus repertorio, pues ya eran como canciones suyas. Su pasión siempre fue el blues y a partir de 1977 produjo álbunes de otro maestro del blues como la de Muddy Waters (Hard again). Posteriomente fue publicando con regularidad, pero parece ser que un continúo uso de heroina iba mermando su salud. Aunque ofreció conciertos en alguna baja forma, en la actualidad mostraba una fuerte recuperación de su fuerza. Hay un disco que estaba preparando titulado "Step back" que proximamente dará buena luz, y contará con diversas colaboraciones como la de Eric Clapton, Ben Harper, etc. Los amantes del blues nunca te olvidaremos Johnny.
*Esos pequeños y adorables artistas callejeros
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