"Un hombre ordinario con poder extraordinario es el principal peligro para la humanidad"
"La tolerancia es un crimen cuando lo que se tolera es la maldad" (Thomas Mann)
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Free Palestine |
La absurdidad tiene su espació contemporáneo. ¿Dónde está el límite de la tolerancia? La complejidad de actos determinados acaban siendo asumidos en nuestro subconsciente. Hasta la más terrible crueldad parece ser admitida y, todo pasa a ser una cosa más en nuestra cotidiana vida. La realidad pasa a convertirse en un televisivo reality show con sus youtubers, y en donde a momentos, hace recordad a un videojuego. Y todo aquello que se hace posible, se observa con la misma naturalidad y de la misma manera con la que vemos caer la lluvia.
Todo está triste introducción es para hacer referencia ante la impotencia y la imposibilidad de paralizar las actuales guerras. ¿Porqué se tolera llegar hasta extremos inverosímiles esas matanzas indiscriminadas, genocidas y de exterminación de una población? Ahora todo ataque es aereo con misiles y con pequeños drones de una tecnología y fabricación casera que destruyen ciudades como vemos en la guerra de Ukraine.
El conflicto bélico en Palestina parece que el genocidio es una actitud de práctica diaria. Este pueblo quizás porque nunca tuvo un valor económico ni material para su explotación como petróleo o minerales valiosos, no ha sido considerado como un país para tenerlo en cuenta. Su grandes referencias históricas se remonta en la antigüedad. En la actualidad el único valor a tener en cuenta es la individualidad de cada persona.
El país vecino y agresor (al que es conocido pero prefiero mejor no mencionar su nombre) está armado hasta los dientes. Cuenta con el armamento más sofisticado y moderno de la actualidad. Con esa sostificación mata indiscriminadamente a todo aquello que se mueve en el camino de su invasión. Muchos inocentes y niños mueren cada día víctimas de su odio racial. Son víctimas de diferentes disparos, de los francotiradores, de los bombardeos y de la reinante hambruna, pues la Ayuda Humanitaria está a sus puertas bloqueada (consiguiendo que sea más inhumana). Los supervivientes malviven en las ruinas de los escombros de las casas, otros en campamentos improvisados, y muchos caminan en un desplazamiento forzoso a un posible exilio. El atacante bombardea y discrimina con misiles los hospitales y escuelas porque insinúa que sus líderes se esconden en los sótanos de esos lugares públicos.
El agresor incluso se siente justificado y declara que no se sentirá satisfecho hasta que no complete el exterminio del último palestino. Su líder sale en los medios de comunicación como un orgulloso protector y como salvador de su raza judía y sionista. Se siente propietario de esa parte del mundo. Es como dueño, señor y libertador de ese territorio.
Su bandera blanca y estrellada ondea orgullosamente en los lugares conquistados. Es frecuente que cada día desde su cielo atraviesen misiles con bombas de destrucción masiva dejando a una población cada vez más desolada e indefensa sobreviviendo y tragando el polvo de la destrucción.
Para colmo, y para terminar de crear una distopía, en ciertos países, una oposición activista y contraria al genocidio, está siendo arrestada y acusada de terrorista. La solidaridad con el pueblo Palestino está siendo perseguida, y las protestas de las inmensas manifestaciones en general, no acaban de ser suficientemente consideradas para frenar el conflicto.
La diplomacia mundial es tolerante y cooperante en ese armamento de la destrucción. No es muy comprensible entender al agresor de un pueblo que fue víctima del holocausto alemán en la II Guerra Mundial. Esa guerra no tuvo fin hasta que unos países formaron una alianza para terminar con la invasión alemana de Hitler. En la actualidad, es de suponer que, no es necesaria una alianza bélica, pero si es necesaria una obstinada alianza política no tolerante y no participativa con la cooperación en armas. Quizás un cierto boicot y un bloqueo armamentista logré paralizar otro exterminio. Todo ello ha de solucionarse urgentemente. Hay que evitar que se legalice los genocidios y el terror. Pocos edificios quedan en pie, es una zona completamente destruida. Las imágenes que nos llegan de los arriesgados periodistas (que también son asesinados) son aterradoras. Se recuerda que en cada instante estan falleciendo niños inocentes. Todo está dicho ya. Ningún acto bélico es justificable para realizarse. Ha de paralizarse las contiendas bélicas antes de que la humanidad y sus instituciones se avergüencen y se encuentre en un proceso ya inevitable.
"... inconscientemente consideramos la perdida de la paz como una perdida de salud social..." (Santiago Genovés -El hombre entre la guerra y la paz)
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